Roma. Los Gobiernos y organizaciones humanitarias necesitan todavía 1.500 millones de dólares para asistir a los países más afectados por el fenómeno meteorológico de El Niño, dijo hoy en Roma la responsable de la ONU, Marcy Vigoda.
La directora de Asociaciones y movilización de recursos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Naciones Unidas (OCHA) destacó que la cifra total de fondos requeridos asciende a 2.400 millones de dólares, de los que faltan por financiar 1.500 millones.
“Necesitamos una respuesta más fuerte”, sostuvo Vigoda durante un encuentro organizado por agencias de Naciones Unidas sobre las acciones prioritarias para afrontar El Niño, considerado uno de los más potentes de las últimas décadas.
“Algunos Gobiernos -como los de Etiopía y Filipinas- están proporcionando fondos y liderando la respuesta humanitaria, pero otros países se encuentran sobrepasados”, agregó.
Las Naciones Unidas estiman que más de sesenta millones de personas en el mundo se verán afectados por sequías, inundaciones y un frío o un calor extremos en las regiones más golpeadas, concretamente en el este y el sur de África, Latinoamérica y el Caribe, y Asia Pacífico.
Solo en África meridional se calcula que unos 28 millones de personas están pasando hambre, una situación que comparten 10,2 millones en Etiopía, según datos de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA) Jim Harvey alertó de que, a pesar de que está disminuyendo el impacto del fenómeno meteorológico una vez pasado su pico de mayor intensidad, las necesidades humanitarias se van a incrementar.
Llamó a desempeñar una “acción colectiva”, teniendo en cuenta las distintas emergencias, pues -por ejemplo- para mayo se habrán agotado los recursos destinados a Etiopía, mientras que otros países como Sudáfrica y Haití ya acumulan varios años de sequía.
Además de la amenaza del hambre, las personas afectadas se enfrentan a los desplazamientos, la propagación de enfermedades, la escasez de agua o el absentismo escolar.
El representante de Unicef Sikander Khan apuntó que alrededor de un millón de niños sufrirán desnutrición severa este año, mientras que en América Latina se deberá atender a unos 200.000 menores.
Por el lado de las organizaciones no gubernamentales, la asesora de Oxfam Debbie Hillier insistió en las dificultades que atraviesan muchas personas en países como Sudáfrica, donde no se pueden permitir la subida del precio de los alimentos básicos.
Además, advirtió contra la ilusión de la “sequía verde”, pues en algunas zonas han llegado las lluvias, pero tarde y de forma errática, por lo que han aparecido cultivos que no se pueden aprovechar en muchos casos.
Para mejorar la resiliencia durante los próximos meses, Hillier pidió la celebración de una conferencia de donantes y un mayor liderazgo internacional para dar más visibilidad a un problema que, además de humanitario, es una cuestión de desarrollo.