Cairo (Egypt), 13/04/2020.- Egyptian clown Ahmed Naser wearing a face mask helps children to put on face masks as a preventive measure against the spread of the coronavirus disease, in Darb Al-Ban district at Islamic Cairo, Egypt, 13 April 2020. Egyptian authorities has extended a two-week-long curfew, starting on 09 April during which all public transportation in the city is suspended due to the ongoing pandemic of the Covid-19 disease caused by the SARS-CoV-2 coronavirus. (Egipto) EFE/EPA/KHALED ELFIQI
Cientos de miles de niños en todo el mundo podrían morir este año como consecuencia indirecta de la pandemia del coronavirus, según advirtió este jueves Naciones Unidas. La organización apunta al cierre de las escuelas, a la saturación de hospitales y clínicas y, sobre todo, a la recesión causada por esta crisis como grandes amenazas para los menores.
El resultado- que en solo un año se pueden perder los avances en materia de mortalidad infantil registrados durante los últimos dos o tres años.
“Afortunadamente, los niños se han visto en gran medida libres de los síntomas más severos de la enfermedad, pero sus vidas se han cambiado drásticamente”, señaló en una declaración el jefe de la ONU, António Guterres, que reclamó a los gobiernos medidas de protección específicas para los más pequeños.
Según las estimaciones de la organización, entre 42 y 66 millones de niños podrían caer este año a una situación de extrema pobreza, uniéndose a los alrededor de 386 millones que ya estaban en 2019.
Además, el cierre de las escuelas en 188 países -que afecta a unos 1.500 millones de alumnos- amenaza con disparar la malnutrición, pues casi 370 millones de niños en 143 países dependen de los colegios para tener una fuente de alimentación fiable.
A la ONU también le preocupa el golpe que estas medidas suponen para la enseñanza, sobre todo en los países con menos recursos, donde las clases a distancia son casi imposibles. Además, la organización alerta del previsible aumento de los abusos domésticos en una situación de gran estrés para muchas familias y de que, sin las escuelas, se pierde un lugar clave para detectar este tipo de problemas.