Si la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra está en capacidad de elaborar vacunas contra la covid-19 en su laboratorio de biología molecular de última generación y a cargo de profesionales competentes, debe ir hacia ese objetivo.
De entrada República Dominicana debe mantenerse vigorosamente junto a las voces encabezadas por la OMS que reclaman para los países equidad de acceso a las dosis que evitan lo peor del contagio.
La liberación de patentes para democratizar la confección de inmunizaciones es una opción a la que solo podrían negarse las poderosas firmas farmacéuticas si colocan sus fines de abundante lucro por encima de la gran causa humanitaria de doblegar un germen que ha matado más de dos millones de personas en el mundo, 3,118 a nivel local y 240,201 casos confirmados.
Otra opción sería facilitar la creación de una alianza entre la PUCMM y algún consorcio que haya desarrollado fórmulas de inmunización reconocidas.
El país se ha beneficiado de concesiones logradas por entes privados que desde la India y China Popular han aprovisionado a los dominicanos.
Turquía y Brasil también son asientos de calificados laboratorios que abastecen a sus naciones.
El desarrollo farmacéutico especializado sobrepasa fronteras. De viejo República Dominicana elabora buena parte de los patentizados que consume y debe prepararse para convivir con el virus y sus variantes. Por si acaso.
El acceso a los financiamientos
Lo más importante para los potenciales usuarios de financiamientos a favor de sectores productivos que el Banco Central acaba de ampliar con 25 mil millones de pesos sería hallar flexibilidad en la intermediación bancaria a la que atribuyen canalizar los recursos a tasas y bajo requisitos que actúan como barrera contra el pequeño empresariado. Parece faltar un acompañamiento solidario del propio Estado para emprendedores sin tachas pero sin bienes suficientes para avalar el pago de las deudas.
Habría entonces un filtro de cierta drasticidad que solo podrían atravesar las razones sociales de capitales medios y altos, y la evidente intención de las autoridades monetarias y financieras es que el sol salga para todos y que la soga deje de romperse por lo más fino. De alguna manera debería garantizarse una cierta fluidez.