Fernando Crisóstomo, el creador de un programa para la regulación de bancas de lotería, deportivas y máquinas tragamonedas mediante el cual el Ministerio Público asegura que la presunta red encabezada por los exministros Donald Guerrero, Gonzalo Castillo y José Ramón Peralta, cobraba grandes sumas de dinero por concepto de extorsión y soborno reveló que a través de este esquema la red cobraba entre 25 y 30 millones de pesos mensuales.
Crisóstomo detalló, durante el interrogatorio que le hicieron los procuradores Wilson Camacho y Yeni Berenice, que la red cobraba a los propietarios de banca de lotería 14 millones de pesos; seis millones de pesos a los dueños de bancas deportivas y otros siete millones siete millones a los comerciantes cuyos negocios poseían máquinas tragamonedas.
Asimismo, el interrogado dijo que una vez recibía este dinero se comunicaba con Ramón Emilio Jiménez, alias «Mimilo» para entregarlo en su oficina. Además, asegura que en la mayoría de ocasiones usaban intermediarios para la entrega.
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En qué consistía el proyecto con las bancas
Fernando Crisóstomo explicó a los magistrados que el proyecto consistió en hacer un levantamiento en todo el territorio nacional de todos los puntos de venta de lotería y banca deportiva para que el Gobierno contratara una empresa privada que se encargaría del cobro de los impuestos correspondientes.
Al ponerse en marcha el programa, el grupo inició operativos de cobro que degeneraron en que los mismos propietarios de bancas se acercaran a ellos por lo que le pidieron una lista completa de todas las bancas que tenían. Luego los banqueros que «llegaron a un acuerdo» fijaban una fecha de pago del monto acordado por la extorsión.
Crisóstomo confesó a los titulares de la PEPCA que se sintió «Engañado» ya que tenía expectativas de cobrar hasta tres mil millones de pesos al año adicionales a los que cobraba el Estado por la gestión pero que se terminó invirtiendo 300 millones de pesos que se esfumaron.