El opositor venezolano insistió en que el referéndum debe celebrarse en 2016, ya que “no planteamos un cambio de presidente sino un cambio de gobierno.
Madrid. La oposición venezolana confía en la presión que se ejerza tanto en Venezuela como en el exterior para que se convoque un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro y haya nuevas elecciones, y para ello apelan a la Constitución del país.
“No planteamos un golpe de Estado o la insurrección popular”, sino “una solución constitucional”, dijo hoy Carlos Teixeira, secretario general de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en el estado de Vargas, que participó en una rueda de prensa en Madrid.
El opositor venezolano insistió en que el referéndum debe celebrarse en 2016, ya que “no planteamos un cambio de presidente sino un cambio de gobierno».
Una consulta más allá del 10 de enero de 2017 se traduciría en una sustitución del presidente Maduro por el vicepresidente, pero no habría elecciones a la Jefatura del Estado, según los plazos que marca la ley venezolana.
“El 80 % de población quiere un cambio de gobierno y la salida de Maduro del poder”, “hay un sentimiento nacional de cambio”, insistió el líder opositor.
En este sentido, se mostró confiado en que los próximos días 27, 28 y 29 recabarán las firmas necesarias para que se celebre el revocatorio, que la ley fija en el 20 % del censo electoral, gracias a una gran movilización ciudadana.
La misma – dijo – que hizo posible que el Gobierno reconociera los resultados de las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre, que dio a la oposición la mayoría en la Asamblea Nacional.
Para ello, considera que “la organización es clave”, en un proceso “casi sincronizado” para conseguir los cuatro millones de votos necesarios y poder superar los obstáculos que, según Teixeira, pondrá el oficialismo.
Respecto al papel de la comunidad internacional, el dirigente de la MUD se congratuló de que el Vaticano haya sido invitado a mediar en la crisis política venezolana, tal como la oposición había solicitado, lo que significa que el Gobierno le reconoce “un poder de interlocución».
Destacó también al papel de Luis Almagro, secretario general de la OEA, que ha denunciado la situación interna de Venezuela y mencionó los contactos que la oposición mantiene con diputados españoles y miembros del Parlamento Europeo.