Caracas- La oposición venezolana instó a presionar por un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, luego de que el poder electoral anunció que la recolección de firmas no sería antes de fines de octubre, lo que complica la posibilidad de realizar la consulta en 2016.
«Toda la intención ha sido tratar de desmoralizar. Sepan que nosotros mantenemos lo que hemos convocado para el 1 de septiembre, la toma de Caracas», dijo el excandidato presidencial Henrique Capriles en alusión a una manifestación nacional que está organizando la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
«Vamos a hacer valer nuestro derecho constitucional», enfatizó Capriles en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por otros dirigentes de la MUD.
Capriles reaccionó así al anunció este martes de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, de que la recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar el referendo no se realizaría antes de finales de octubre próximo, si se cumplen los requisitos. En la práctica, este plazo posterga el revocatorio para después de enero de 2017, cuando Maduro, en caso de derrota, será reemplazado por su vicepresidente.
En cambio, si el mandatario pierde el referendo este año, es obligatorio hacer nuevas elecciones. Capriles reiteró su llamado a una movilización nacional hacia Caracas el 1 de septiembre para exigir que el CNE fije la fecha en que se recaudarán las rúbricas (20% del padrón electoral) y poder celebrar la consulta este año.
«Al CNE no le va a quedar más remedio» que dar paso al referendo, afirmó el también gobernador del estado Miranda, para quien el mecanismo se puede convocar en 2016 incluso si las firmas se recogen a fines de octubre. Sin embargo, tras ese requisito la autoridad electoral -acusada por la oposición de servir al gobierno-, cuenta con tres meses para organizar la consulta.
Capriles le envió a sus partidarios un «mensaje de tranquilidad y esperanza», advirtiendo que Lucena no se atreve a descartar abiertamente la consulta este año por temor. «Sabe muy bien que trancar la vía democrática, la ventanita democrática, coloca a Venezuela en una situación sumamente peligrosa, más complicada, de mayor tensión.
No queremos una explosión social», advirtió en alusión a la grave crisis económica y social que atraviesa este país.