En la experiencia orgásmica operan lo biológico, lo psicológico y lo social. Llegar al orgasmo está relacionado con el equilibrio y con la forma en que interactúan estas tres dimensiones constitutivas de todo individuo
El orgasmo puede definirse como una descarga de tensión física acompañada de una intensa sensación de placer (clímax). En el orgasmo femenino, el área localizada de vasodilatación de la vulva y vagina, se contrae con fuerza y a intervalos regulares.
La duración y el número de contracciones varían de una mujer a otra y en cada relación sexual.
El clítoris es el órgano que está preparado fisiológicamente (por la cantidad de sangre y sensibilidad nerviosa) para desencadenar la respuesta orgásmica, por lo tanto, su estimulación por el coito, manual, vibradores, etc., o el simple roce, genera sensaciones placenteras.
En el hombre la respuesta orgásmica consiste en dos fases, en la primera se contraen los músculos internos que llevan el líquido seminal y prostático hacia la uretra posterior (fase de emisión), inmediatamente se percibe que el orgasmo es inevitable, expulsando el semen por el orificio uretral (fase eyaculatoria) con una intensa sensación de placer.
Hoy se celebra el Día Mundial del Orgasmo Femenino con el fin de generar conciencia sobre la sexualidad de las mujeres y su derecho al placer, ya que aún existen muchos tabúes y miedos en torno a la expresión de su deseo sexual.
Las claves para alcanzar el orgasmo y reconocerlo
«Algunas mujeres tienen más de un hijo y jamás experimentaron un orgasmo, lo confunden con la excitación o con la sensación de intimidad con su pareja o también con el orgasmo de él. Lo cierto es que cada vez son más las mujeres que creen que el encuentro sexual finaliza cuando el hombre eyacula y que por múltiples razones no continúan en búsqueda de su placer», afirmó Valente.
Mientras que la sensación de placer para los hombres se localiza principalmente en la región del pene, las mujeres experimentan un placer orgásmico de pies a cabeza. Además, a diferencia de los hombres, las mujeres tienen un período muy corto o incluso no refractario, y pueden alcanzar orgasmos múltiples si se les estimula aún más.
En contraposición a la eyaculación masculina, las mujeres no tienen un marcador claro para el orgasmo, por lo que deben confiar en las pistas sobre su fisiología para determinar si llegaron al clímax. Rara vez a las mujeres se les habló sobre la importancia de la autoexploración, los orgasmos, de reconocer el cuerpo y sentirse a gusto. Los prejuicios actúan como un crítico interno que desmerece las capacidades propias, poniendo en duda el atractivo e impide que la mujer libere sus habilidades en la cama.
Hay mujeres que tienen orgasmos por penetración, otras que pueden obtenerlo tanto por la estimulación del clítoris como por penetración y otras que llegan al clímax solo por «tocar» el clítoris. Todas estas formas son posibles y cada una responde a la manera fisiológica y psicológica de conseguir el orgasmo.
La especialista brindó una recomendación que parece resultar vital en la cuestión: «La clave del orgasmo está en la pérdida de control, en eso radica todo el sentido. En un orgasmo se pierde, por unas milésimas de segundo, el control de la corporeidad, que es tan consciente en la excitación. Hay que permitirse perder el control; es probable que muchas mujeres no quieran, o no puedan pasar por la experiencia con total libertad y sin prejuicios. Lo placentero está ligado a si me dejo llevar por lo que siento o si estoy alerta a ver qué me pasa, pensando cómo me veo, cómo luzco en ese momento, qué imagen estoy dando, qué siento a nivel físico o si al otro le gustará o no».
Una investigación realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, afirmó que, cuando el clítoris entra en escena, más de un 40% de las mujeres llega al orgasmo en más del 75% de las ocasiones. Tan solo un 18% reconocía poder llegar al clímax únicamente con la penetración vaginal.
Tipos de orgasmos femeninos: existen múltiples formas de categorización
El psicoanalista Sigmund Freud distinguió los orgasmos femeninos como clitorianos en jóvenes, y vaginales en aquellas con una respuesta sexual saludable. En contraste, la investigadora y educadora sexual Betty Dodson clasificó al menos nueve formas diferentes de orgasmo, sesgadas hacia la estimulación genital. Una selección de ellas:
-Orgasmo vaginal: los orgasmos vaginales penetran profundamente en todo el cuerpo, irradiando desde los genitales. Las paredes vaginales musculares se contraen rítmicamente durante estos orgasmos.
¿Cómo lograrlo? El tipo de orgasmo más conocido es en realidad el más difícil de conseguir. Las posiciones sexuales que alcancen la máxima profundidad y la comunicación constante garantizan que se mantengan los mejores puntos y ritmos.
Un estudio publicado en The Journal of Sex and Marital Therapy descubrió que casi el 37% de las mujeres necesitaba estimulación del clítoris para experimentar el orgasmo, en comparación con el 18% de las mujeres que dijeron que la penetración vaginal por sí sola era suficiente.
-Orgasmo clitoriano: cuando se estimula el clítoris, un orgasmo separado explota a través de la superficie de la piel, provocando una sensación de hormigueo.
¿Cómo lograrlo? A través de patrones circulares o del juego oral.
– Orgasmo del punto G: el punto G está escondido dentro de la vagina y, a menudo, requiere posiciones especiales o estilos exclusivos de juego previo con los dedos.
¿Cómo lograrlo? Lograr orgasmos en el punto G sin una pareja puede ser un desafío, pero la masturbación con juguetes sexuales curvos puede servir.
-Orgasmos combinados: una variedad de diferentes experiencias orgásmicas combinadas.
-Orgasmos múltiples: una serie de orgasmos durante un período corto en lugar de uno singular.
-Orgasmos a presión: orgasmos que surgen de la estimulación indirecta de la presión aplicada. Una forma de autoestimulación que es más común en los niños.
-Orgasmos de relajación: orgasmo derivado de la relajación profunda durante la estimulación sexual.
-Orgasmos de tensión: una forma común de orgasmo, a partir de la estimulación directa, a menudo cuando el cuerpo y los músculos están tensos.