México.- Candelabros de oro, manteles de seda, treinta guardaespaldas, un acupunturista, un monitor de yoga y varios chefs de comida vegetariana son algunas de las excéntricas peticiones que ha realizado Madonna en México, país al que llega por cuarta vez para actuar ante sus seguidores.
La reina del pop tendrá dos conciertos, este miércoles y este jueves, en el Palacio de los Deportes de la capital mexicana, dentro de su gira mundial Rebel Heart Tour, iniciada en septiembre de 2015 en Montreal (Canadá). Según informan los medios locales, durante su estancia en un lujoso hotel del Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes del país, la intérprete de Like a Virgin, pidió que su habitación y su camerino “estuvieran decorados con candelabros de oro y plata con un costo de casi 100.000 pesos”, unos 5.700 dólares.
También solicitó “manteles rojos de seda sobre todas las mesas con un costo de 10.000 pesos (570 dólares) y una vajilla de cristal y porcelana”, así como una dieta orgánica proveniente de Estados Unidos y Francia que se comercializa en 10.000 dólares al mes, apunta el diario Excélsior. A la escala mexicana de Rebel Heart asistirán 36.000 espectadores durante los dos días, que se sumarán a los 622.048 seguidores que han acudido a sus presentaciones en Norte América y Europa, marcadas por el glamur de la cantante. Madonna declaró a la revista Rolling Stone que el show es “un espectáculo con característica teatral».
Su atuendo ha sido preparado por la diseñadora especializada en cine, Arianne Phillips, quien también ha trabajado con Lenny Kravitz, Justin Timberlake, entre otros. También colaboraron en la vestimenta de la cantante y de los artistas que la acompañan sobre las tablas, prestigiosas casas de diseño como Gucci, Prada o Miu Miu.
El espectáculo cuenta con una puesta en escena conformada por gigantescas pantallas y largas pasarelas con 50 artistas y bailarines que en conjunto forman cuatro atmósferas artísticas diferentes- Samuráis y Juana de Arco; Rockabilly en Tokio; Latino y Gipsy y, por último, Los felices años veinte.
La Reina del Pop, de 57 años, explicó que el nombre de esta gira se refiere a dos fases importantes de su vida- de un lado, la parte rebelde, y del otro, la parte romántica, pues “Nadie puede vivir sin amor”, según declaró al Journal de Montreal en agosto pasado. “El amor es un tema muy presente. El romanticismo, las heridas de amor, creer en tus sueños, creer en sí, levantarse a pesar de los obstáculos de la vida… esas cosas que nos pasan día a día”, argumentó la diva.
Además de los 30 guardaespaldas, varios chefs que preparan platillos vegetarianos, una acupunturista y un monitor de yoga, Madonna reclamó un servicio de limpieza en seco para su camerino. El lugar en que se guarde su vestuario debe estar forrado de una tela específica en tonos blancos y rosas, y decorado con lilas y rosas en colores pálidos, cuyos tallos deben medir exactamente seis pulgadas, detalló la cadena mexicana Radio Fórmula.
La primera vez que Madonna se presentó en México fue en 1993 con The Girlie Show; en 2008 llegó con Sticky & Sweet Tour, y en 2012 con The MDNA Tour.