Otra dura prueba a la capacidad de resistir agresiones climáticas

Otra dura prueba a la capacidad de resistir agresiones climáticas

Franklin, un nombre familiar y aparentemente inofensivo, resulta antesala de lluvias y vientos extremos desde las primeras horas de hoy para millones de dominicanos de casi todo el territorio nacional. Los estados de alerta declarados por autoridades obligan a la precaución de apartarse de peligros por crecidas de ríos, vulnerabilidades de zonas bajas o inundables por fallas de drenaje y de condiciones habitacionales frágiles que en algún momento harían necesario trasladarse transitoriamente a lugares seguros. La atención permanente a los boletines oficiales sobre eventuales cambios de trayectoria o de intensidad de la tormenta en inminencia es una obligación por su propia seguridad de cada ciudadano, llamado a seguir instrucciones para que ninguna temeridad individual o falta de solidaridad en los comportamientos vaya en contra del bien común. Las autoridades han sido puntuales en colocar a la colectividad en expectativas de autoprotección y de su efectiva capacidad para orientar suficientes recursos estatales hacia operaciones de emergencia, como ha ocurrido anteriormente, serviría para minimizar daños.

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El cambio climática amenaza vidas y bienes más que antes. Trae furias que eventualmente dañarían sistemas productivos impactando las estructuras que en forma de canales, presas, puentes y líneas energéticas permiten generar riquezas amenazadas por súbitos deterioros de servicios públicos vitales. Con prudencia, disciplina y coordinaciones generalizadas debe ser capeada la tormenta.

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