Pactan abrir cuatro mesas de trabajo en Venezuela

Pactan abrir cuatro mesas de trabajo en Venezuela

CARACAS, Venezuela
AP
El gobierno y algunos miembros de la oposición de Venezuela concluyeron un primer intento de diálogo para desactivar la crisis política en el país, tres días antes de una protesta convocada para exigir la salida del presidente Nicolás Maduro.
Las conversaciones terminaron la madrugada del lunes con un acuerdo para bajar de tono la retórica de los últimos días e instalar cuatro mesas de trabajo sobre temas que van desde derechos humanos a economía. Los diálogos serán mediados por un enviado del Vaticano y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martín Torrijos, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana.
También se convino un nuevo encuentro el próximo 11 de noviembre. Los diálogos están marcados por la desconfianza. Muchos adversarios de Maduro temen que podría ser una táctica dilatoria para aliviar las presiones sobre él, cuya popularidad se ha visto afectada a causa de la inflación y la escasez de alimentos entre otros artículos básicos.
Al menos la mitad de los miembros de la Mesa de la Unidad Democrática, que agrupa a una treintena de partidos y organizaciones de oposición, boicotearon la sesión bajo el argumento de que no están dispuestos a sentarse en la mesa con el gobierno mientras éste no ponga en libertad a varios activistas opositores recluidos ni revierta su decisión de cancelar el referendo revocatorio del mandato de Maduro. El inicio de la conversación tiene lugar en momentos en que la oposición está dividida y ha intensificado su campaña para obligar a Maduro a que abandone la presidencia. La semana pasada, los oponentes de Maduro reunieron miles de simpatizantes y convocaron a una nueva protesta para el jueves 3 de noviembre, en la que marcharán hasta el palacio presidencial.
Las autoridades han impedido a los adversarios del gobierno acercarse este recinto desde el golpe de Estado de 2002, cuando el entonces presidente Hugo Chávez fue depuesto brevemente. A su vez, la Asamblea Nacional —controlada por la oposición por primera vez en 17 años— ha emprendido un juicio político contra Maduro, al que acusa de negligencia en sus deberes constitucionales. Sin embargo, el proceso es simbólico, ya que la instancia legislativa carece de la facultad para destituir al presidente. Aunque el presidente ha advertido que arrestará a los legisladores que insistan en proseguir el juicio, a la vez manifestó su compromiso de dialogar con la oposición. Dijo que las conversaciones representan una oportunidad para desarmar la intolerancia y abrir camino al amor entre los venezolanos. El arzobispo Claudio Maria Celli, enviado del Vaticano, elogió el inicio de la más reciente ronda de diálogos.

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