Carolina Vargas Ureña, madre de Roldany Calderón, el niño de tres años que desapareció hace seis días de manera misteriosa mientras jugaba en el patio de la casa de una tía, en la comunidad Los Tablones de Manabao, Jarabacoa, expresó su indignación por el trato recibido por parte de las autoridades, quienes, según afirma, los estarían señalando como responsables de la desaparición del menor.
“Solamente se han enfocado en nosotros, no es que no nos interroguen a nosotros, nosotros estamos dispuestos a dar todas las declaraciones del mundo porque somos padres y tampoco le vamos a hacer daño a nuestro hijo. Nuestro hijo es lo más importante para nosotros. Prácticamente nos están tratando de una manera como juzgándonos de que somos nosotros”, declaró Vargas Ureña al medio de comunicación RUN.
La madre también añadió: “No es que nos han tratado mal, pero nos han tratado de una manera como diciendo que nosotros somos los responsables”.
Por su parte, Efraín, padre del pequeño Roldany, manifestó su inconformidad con el proceder de las autoridades, al asegurar que el mismo día de la desaparición no se activaron retenes ni operativos de búsqueda inmediatos.
También enfatizó que nunca le haría daño a sus hijos. “Yo tengo cuatro hijos más, y yo nunca le haría daño a un hijo mío por nada en el mundo”, expresó.

Denuncian hechos extraños en Manabao
Efraín también denunció que en la zona de Manabao ocurren situaciones “extrañas” que, según él, muchas personas prefieren callar. “Allá hacen rituales, hacen vudú. Así como puede existir el bien, puede existir el mal, y hay cosas que están fuera de control en Manabao”, afirmó.
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Asimismo, sostuvo que otras personas han desaparecido en la comunidad sin que se haya esclarecido su paradero. “El viejo Lolo” y dos personas más, según explicó, son parte de los casos que aún siguen sin resolverse.
“Ahora mismo nosotros estamos muertos en vida, porque hay gente juzgando sin conocer a uno”, expresó con impotencia.
El caso
Según las declaraciones de los familiares, Roldany Calderón desapareció el pasado 30 de marzo cuando jugaba con una botella de plástico en el patio trasero de la casa de su tía.
Ese mismo día, sus padres notificaron a las autoridades. Entre lágrimas, su madre relató que solo bastaron unos segundos para que el niño desapareciera.
«Estábamos compartiendo en familia, donde mi tía, y de un momento a otro el niño desapareció. Nos dimos cuenta de una vez, no pasó ni un minuto completo, fue de una vez que nos dimos cuenta, y no aparece por ningún lado (…) él estaba jugando en el patio ahí mismo, con nosotros», narró Vargas Ureña visiblemente afectada.
La madre concluyó su testimonio con un clamor: «Yo lo que quiero es encontrar a mi hijo y encontrarlo con vida, eso es lo único que yo quiero».
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