Padres y maestros que reducen las horas de clases

Padres y maestros que reducen las horas de clases

La Semana Santa no concluyó el Domingo de Resurrección para las dos terceras partes del estudiantado del sector público que no fueron enviadas a las aulas ayer lunes a pesar de las normativas en que se empeña el Ministerio de Educación para el máximo aprovechamiento de los horarios escolares. Asistir a ellos en función de las exigencias pedagógicas es imprescindible para elevar la calidad de la enseñanza disminuida por otras causas reconocidas: déficit de planteles, imperfecciones de material didáctico e insuficiente capacitación del profesorado. El pasado reciente del sistema educativo (ya en el marco del 4%) fue escasamente productivo con la pandemia como causa importante aunque no la única. La abundancia de recursos desde el Estado no contribuyó, evidentemente, a disponer de mejores escuelas y el objetivo indeclinable de esta nueva etapa debería ser la recuperación del tiempo perdido aprovechando a plenitud cada jornada para la interacción alumno-profesor que haga fluir conocimientos.

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Es aspiración de la sociedad y de las autoridades que los maestros dejen atrás las constantes paralizaciones de clases que atrasan el calendario escolar por motivos secundarios. La gestión del actual ministro educativo, Ángel Hernández, de marcados perfiles constructivos, sentenció: «No hay forma de echar para adelante nuestra educación si por cualquier motivo son paralizadas las clases en las escuelas». La subordinación extrema y militante a causas políticas y sindicales debe quedar atrás.