Países Bajos entró este domingo en un “confinamiento nocturno” por el que se impone el cierre de toda la actividad no esencial a partir de las 17.00 hora local (16.00 GMT), mientras espera conocer los resultados finales de la investigación sobre la presencia de la variante ómicron entre pasajeros que llegaron el viernes de Sudáfrica.
Las nuevas restricciones, anunciadas el pasado viernes por el Gobierno neerlandés, entraron en vigor a las 05.00 (04.00 GMT) de la pasada madrugada, e incluyen la extensión de la distancia interpersonal y el uso obligatorio de mascarillas en la hostelería, los cines y teatros, además de otros espacios cerrados de acceso al público.
Aunque no se ha definido un límite de aforo para estos lugares, la obligación de mantener una distancia de 1,5 metros entre la gente reduce automáticamente el número de personas en interiores.
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Los comercios, la hostelería y otros lugares considerados actividades no esenciales como los gimnasios, las piscinas o los museos deberán cerrar máximo a las 17.00 hora local (16.00 GMT), y no podrán volver a reabrir hasta al menos las 05.00 (04.00 GMT) horas de la mañana.
La excepción se aplica principalmente a supermercados, farmacias y gasolineras, que podrán cerrar a las 20.00 horas (19.00 GMT).
Además, las escuelas podrán permanecer abiertas a pesar de ser una de las principales fuentes de contagios, pero los alumnos deberán usar a partir de mañana una mascarilla cuando estén en movimiento, como en los pasillos, se les recomienda someterse a un test de antígenos dos veces por semana y en caso de tener síntomas de un resfriado no deberán acudir a clase.
Por otro lado, se espera que este domingo el Instituto de Salud Pública (RIVM) aclare la presencia de ómicron entre los 61 pasajeros que dieron positivo tras aterrizar en Ámsterdam en dos vuelos procedentes de Sudáfrica el pasado viernes, cuando entró una prohibición del tráfico aéreo desde el sur de África por temores a la nueva cepa.
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“Se piensa que la variante ómicron se encontró en varias de las personas examinadas. El RIVM está llevando a cabo ahora análisis adicionales. Con estos análisis se puede determinar de forma definitiva la presencia de la variante ómicron”, subrayó anoche el organismo neerlandés en un comunicado.
Un portavoz del RIVM, Coen Berends, dijo a la televisión pública NOS que “en una serie de pruebas rápidas se encontró una anomalía en la llamada proteína de pico, que indica que se trata de una variante anormal del virus” y esto llevó a “sospechar fuertemente que es ómicron”.
A pesar de no tener los resultados definitivos, el RIVM publicó ayer estas conclusiones preliminares para instar a los viajeros que hayan regresado de algún país del sur de África desde el pasado lunes a hacerse una prueba, incluso si no presentan síntomas de covid-19, e independientemente de si están o no vacunados.
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Las autoridades neerlandesas tratan de localizar a aproximadamente 5.000 pasajeros que llegaron la última semana de Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia, Zimbabue o Sudáfrica, para someterlos a una prueba.
Además de una prohibición de vuelos, estos países pasaron a ser “clasificados como áreas de muy alto riesgo”, lo que supone “una obligación de cuarentena” y el sometimiento a dos pruebas a los viajeros de estos países, una de ellas debe ser de menos de 24 horas.