De: Juan Freddy Armando
La expresión “Galaxia Gutenberg” fue acuñada por el sabio canadiense Marshall McLuhan para definir la revolución causada por la imprenta. Su aparición fue uno de los momentos culminantes de la historia humana, equivalente a otros acontecimientos que representaron grandes saltos: la capacidad de producir el fuego, estructuración de las lenguas, invención de la escritura, surgimiento de países, naciones e imperios.
¿Quién la inventó, cuándo y qué influencia tuvo? Algunos investigadores sugieren que viene de los chinos. Sin embargo, generalmente se le atribuye al alemán Johannes Gutenberg.
Estoy de acuerdo con esto último, porque una de las leyes de la historia es que quien primero hace a la humanidad conocer una herramienta o conocimiento es, hasta prueba en contrario, el indiscutible inventor. Aunque haya sido creada simultáneamente o un poco antes, sin comunicársele al mundo.
La imprenta es inventada en 1440, y coincide con el fin de la edad media, decadencia de la esclavitud y surgimiento del feudalismo y sus siervos de la gleba. Obviamente, produjo una democratización del conocimiento al multiplicar geométricamente la cantidad, calidad y circulación de libros, revistas, folletos, volantes.
Lanzó a los cuatro vientos el conocimiento que los monjes, reyes, príncipes, sacerdotes y cortesanos habían celosamente guardado durante siglos y siglos en las bibliotecas de los palacios e iglesias. Sobre todo en los conventos, que eran en cierto modo las universidades de esos tiempos. Los libros llegaron a casi todas las clases sociales.
Las obras escritas fueron recibidas por líderes de gremios o grupos de artesanos que elaboraban bienes de consumo, diseminados en los burgos, villas o ciudades. Estos propietarios de talleres fueron quienes con el tiempo desarrollaron la máquina de hilar (1764), y generaron de la Revolución Industrial que instaura primero el poder económico burgués en Gran Bretaña y luego impulsó la Revolución Francesa (1789).
GALAXIAS FOTOGRÁFICAS, RADIALES Y CINEMATROGRÁFICAS Y TELEVISIVAS AFECTAN A LA LECTURA
Libro y lectura sufren períodos de alza y baja en el progreso de la humanidad. Ese esplendor creado por la de la imprenta sus sistemas de modernización, como el ofsett, mejoraron grandemente libros, periódicos, revistas, catálogos, con impresionantes fotos y tipos hasta llegar a la forma digital de hoy.
Han convertido al libro físico en hermosa obra de arte y ciencia. Ello incidió positivamente en el desarrollo de la educación.
Sin embargo, el surgimiento de la radio, el cine y la televisión produjo fuerte impacto que afectó el interés por la lectura.
A ello se sumó otro revolucionario medio: la radio en 1888, que crea la galaxia sonora. Es inventada por Heinrich Rudolf Hertz, al convertir las ondas electromagnéticas descubiertas por James Clerk Maxwell en sonidos circulantes en el aire.
Siete años después surge el cine, en1895, cuando los hermanos Lumière desarrollan la técnica para proyectar imágenes en movimiento. La fotografía había sido inventada por Niépce en 1824.
El mundo arropado por el conjunto formado por la televisión, radio, fotografía.
Ahí diríamos que se reduce grandemente el esplendor de la escritura y lectura que son la Galaxia Gutenberg.
En nuestro país y el mundo, niños, adolescentes y jóvenes empezaron a abandonar las novelitas de vaquero de Marcial la Fuente Estefanía, de amor de Corín Tellado y policíacas de Agatha Crhistie, atraídos por las novelas radiales. Sustituidas por las novelas ilustradas y revistas pornográficas, como Play Boy y otras.
Las emisoras radiales se multiplican, en onda larga y corta, e imponen durante un buen tiempo la Galaxia Sonora. Empiezan los libros de grandes narradores, los “best sellers” a convertirse en novelas radiales. Aquí en el país recuerdo “El árabe”, “Kalimán”, “Cazán el Cazador”, “Los Leones del Kumahón”, “Rafles, el Ladrón de la Mano de Seda”, entre otras montadas por locutores de la Voz Dominicana convertidos en actores radiales (algunos viven todavía: María Cristina Camilo, Salvador Pérez Martínez (El Pera), entre otros.
Después, viene el impacto apasionante, de la televisión en 1926, que es como la gran democratización visual, que trasciende al limitado salón oscuro del cine o la pequeñez estática de fotografías, pinturas y esculturas.
Tan impresionante fue la televisión que mucha gente conjeturó que la radio desaparecería, pues suministraba sonido e imagen. No desapareció, pero la TV ganó más público. Se creó lo que llamaríamos Galaxia Visual, parafraseando a McLuhan, pero la radio persistió y creció más.
Nuestro gran público fue atrapado por la televisión, con una reducción parcial de interés en la radio. Y afectó más a los medios escritos: libros, periódicos, revistas.
El próximo domingo, continuamos esta historia.