¿Qué sueño europeo es
ser
la china que vende cerveza,
el chino del pueblo,
la china del Hormiguero,
el chino de Física o química,
la china del chino?
Ese no es mi sueño.
Mi sueño es ser la sangre que fluye de la herida migratoria,
la reina valenciana de la pólvora bendecida por mis ancestros.
Mi sueño es que no me separen de mi padre y de mi madre
en una fila para extranjeros y otra para europeos,
que embarquemos por la misma puerta,
que volemos juntos adonde
los pasaportes sean
una obscenidad. Paloma Chen
Cuando finalicé de escribir el libro “La Mujer china. Del dolor a la esperanza», en el último párrafo explicaba las razones de mi intención de continuar trabajando el tema de la identidad. Decía:
“Durante estos más de 20 años de lecturas, reflexiones, comentarios y vivencias, decidí enrumbar mis lecturas hacia las novelas chinas, comenzando aquellas que abordaban la realidad de las mujeres chinas. Este libro es el primer fruto de esa opción. Vendrán otros con nuevas lecturas y, por supuesto, nuevas reflexiones y nuevos cuestionamientos.
Me falta mucho que aprender. Quizás todavía me quedan muchos episodios de mi vida que he de volver a vivir. Todavía se debate en mi alma quién prima en mi esencia, pero sobre todo me pregunto ¿Cuál es mi identidad? Más aún, ¿Qué es la identidad? ¿Qué significado tiene la identidad en una sociedad globalizada? ¿Cómo definir la identidad en sociedades marcadas por la migración? Estas preguntas pretendo responderlas en un próximo libro.
“[1]
Hace unos días, organizando el material para el nuevo libro que estoy escribiendo que se llamará “Por los laberintos de la identidad caribeña”, me puse a buscar en las redes y me encontré con una joven española de apenas 23 años de origen chino, aparecía en primera plana en los principales medios españoles. Se llama Paloma Chen nacida en Alicante en 1988.
¿La razón por la cual su rostro se hacía familiar en toda España? Porque en marzo de 2021 Chen había recibido el II Premio de Poesía Viva organizado por Ámbito Cultural en la sede de la Real Academia Española (RAE). El acto de la entrega tuvo lugar con la presencia de personalidades del ámbito de las artes como Olvido García Valdés galardonada con el Premio Nacional de Poesía (España).
Hija de padres migrantes de la región de Wenzhou, Paloma, nació en el corazón del Mediterráneo, se educó bajo la cultura española. Como hija de extranjeros, sufrió la dualidad existencial de ser educada en una sociedad occidental orgullosa de su impronta histórica imperial y ser hija de unos padres trabajadores que montaron un restaurante chino y tenían muchas dificultades para hablar correctamente el español.
La ambivalencia de su cotidianidad, la escuela por un lado que la invitaba a conocer el idioma de cervantes, y por el otro, el duro afán del día a día en el restaurante que sus padres tenían en Utiel, hizo que esta realidad fuese su fuente de inspiración poética.
Dotada de una creatividad y disciplina sin igual, Chen desde muy joven, obtuvo reconocimientos por su dedicación, siendo reconocida en el curso 2014 a 2015 con el premio extraordinario de bachillerato de la Comunidad Valenciana.
Al terminar la secundaria Paloma Chen alzó vuelo para para estudiar periodismo en la Universidad de Valencia. Desde ese escenario decidió que su proyecto de vida, y su discurso artístico y profesional serían el modo ideal para lograr la comprensión y sobre todo, el entendimiento entre las personas.
A este fin creó una plataforma en línea enfocada a la difusión del interculturalismo, pero sobre todo la comprensión hacia los ignorados de la vida, hacia los invisibles de la historia. Como periodista, a pesar de su corta edad, ha laborado en Agencia EFE y escribe en periódicos como Verne-El País o El Salto (diario) entre otros.
Chen ha utilizado su ascendencia española para difundir el interculturalismo a través del programa Crecer en un Chino. Es activa en la red Tusanaje, cuya sede principal está en Perú. Una de las actividades más importantes que desarrolló hace poco tiempo fue el I Encuentro de la Diáspora china realizado en Madrid en marzo de 2019.
La poesía de Paloma Chen, contrario a lo que uno podría pensar, no tiene la estética occidental. Lectora de poesía como soy, y amante de los poetas de la China antigua, como Li Po que es mi favorito, al leer las poesías de la joven chino-española, veo reflejada en su estructura la escritura lineal y descriptiva del entorno que reiteradamente encuentro en los poemas chinos.
Al leer una y otra vez sus poesías puedo encontrar una síntesis maravillosa de oriente y occidente en sus versos, como es su propia existencia. Una voz fuerte que llora, grita y denuncia la urgente necesidad de visibilizar a los sin nombres, los migrantes que llegan, trabajan duramente en el más cruel y doloroso de los silencios.
Any Nou
La Cabalgata de la Plaza del Ayuntamiento,
los cocineros de la calle Pelayo,
estudiantes del Confucio con sombreros de paja,
manos callosas, blancas de harina.
Mi jefe me ha dado de baja y
no quedan citas previas en Extranjería.
La danza del león,
borracho de licor de lagarto.
El discurso de Joan Ribó:
Feliç Any Nou Xinès!
Pulmón aceitoso,
corazón recalentado.
Chinita, ven aquí.
Derribo y acoso.
????!
Pedido para llevar preparado.
Solo me quedan
treinta más.
(Any Nou se inspira en los cocineros y camareros de los restaurantes chinos y en las incontables noches que he pasado ayudando a mis padres preparando pedidos para llevar)
El poema siguiente, es uno de los que más me gustó cuando leí la poesía de Paloma Chen. Es un canto a los hijos de migrantes que no se sienten ni hijos de la tierra de sus padres, ni hijos de las tierras de “acogida”. Este fragmento que expongo a continuación retrata el sentimiento de los migrantes y sus hijos en aquellos lugares a donde los llevó el destino:
¡Hoy invoco a mis hermanas silenciosas:
nuestra historia está escrita en varios idiomas los que solo entendíamos en la infancia!
No nos pertenece nada
solo pertenecemos a la tierra
y a la suave cadencia de las palabras intraducibles
Os espero a vosotras y a las otras
sí
a vosotras
a todas las de las mayorías silenciosas
las de las identidades fronterizas
las del alto al fuego
a vosotras
porque mi casa es vuestra casa
porque mi casa nunca está cerrada
porque nuestra casa
es la única
herida que
deberá
quedarse
siempre abierta..”
[1] Mukien Adriana Sang Ben, La mujer china. Del dolor a la esperanza, Santo Domingo, Archivo General de la Nación, 2020, pp. 240-241.