BOLONIA, Italia. El papa Francisco pidió ayer a Europa abrir sus puertas a los migrantes luego de visitar un refugio en el centro de Italia donde compartió el pan con ellos e insistió en que los políticos trabajan para los más marginados y no para intereses especiales. Durante un ajetreado y nublado día en Bolonia, Francisco se reunió por una hora con cientos de migrantes y posó pacientemente para fotografías. Posteriormente organizó un almuerzo para los solicitantes de asilo y para los prisioneros en la Basílica de San Petronio. Provocó ovaciones cuando advirtió que sabía que los migrantes estaban desesperados por obtener documentos de identidad y cuando insistió en que cada uno de ellos tenía un nombre y una historia de tragedias sobrellevadas para llegar a Italia. Ofreció una oración silenciosa para aquellos que murieron en el viaje.