1/Cuando el apellido se convierte en nombre: Aute. Luis Eduardo. Luis Eduardo Aute (1943-2020), sus múltiples talentos le permitieron siempre estar en el lugar exacto con la inquietud precisa… Filipinas, aquella colonia española de gran importancia en Asia, perdida por el Imperio español en lo que se llamó el Gran Derrumbe en 1868, aquel lugar fue la tierra natal de Luis Eduardo Aute. Allí comenzó su aventura con las lenguas: inglés, castellano y el famoso tagalo, que no es más que una versión asiática de lo que en el Caribe, es el papiamento de la Antillas Holandesas… Aquel tiene español, inglés y voces nativas, el de nuestra zona, portugués, castellano inglés. Insisto en el tema de las lenguas (Español. Inglés. Tagalo. Catalán, por parte de su padre)… En una imaginación creadora, como la suya, las lenguas debieron jugar un secreto rol, inmenso, de vivacidad e interés en sus primeros pasos hacia la madurez y en el descubrimiento temprano del arte del dibujo, por ejemplo. En fin, Luis Eduardo Aute alternaba esos dos mundos: la imagen y las letras…
Aute, cuyo apellido se fue convirtiendo poco a poco en su nombre, edificó una obra vasta, curiosa, referida a varios espacios creadores: Letras (Poemas y textos de canciones. Libros.). Imágenes (Cine. Largos y cortometrajes. Pinturas) Música (Banda sonoras para películas. Música de sus canciones. Grabaciones de más de 37 larga duración. Conciertos).
La complejidad de asumir todo aquello como un juego, para vencer el tiempo, ubicarse en el ruedo vital de nuestros días con una vocación del más simple que menos lo era y detrás de la ira ante algunas circunstancias: la interioridad de un decoro, que no necesitaba una etiqueta de izquierdista guardado a buen recaudo. Nunca fue su vocación: cifrado en la profundidad de su rebelión del espíritu su impronta clara como el alba que luego construyera, era la búsqueda constante, adivinándole al hálito vital de lo cotidiano las desconocidas esquinas de la creatividad desbordada, que siempre acudió a sus puertas en cada instante.
De modo conservador, sin altas pretensiones , así quiero dejarlo, porque no quiero embarcarme en la inútil tarea de hacer el recuento de su obra en un simple texto de suplemento, el riesgo es escalofriante. En favor de Aute, todo, en su contra nada, absolutamente nada, para asumir esta premisa necesaria, saludable, bastaría pensar en aquel gigante, desgarbado, políglota, curioso, para quien el conocimiento era un frío cadáver en un tiempo donde la información digerida, de paso atropella la cultura y ésta sepultada por el entretenimiento vago, futil …
No obstante, en la medida que reflexiono y traigo a mi memoria años jubilosos, donde la incertidumbre como escuela de la vida, era un filo vibrante de la existencia, no puedo dejar de pensar que Luis Eduardo Aute como autor de textos de canciones que fueron poemas de inmediato, fue de los primeros seres utópico y libertario de quien tuve referencia en España, entre final de la década del 70 y mediados de los 80, del siglo XX, junto a Joaquín Sabina…
2/Aute, Luis Eduardo. Massiel O Rosas en el mar. El 1968. Chris Marker nos quería adoctrinar con su Fondo del Aire es Rojo (Le Fond de l’air est rouge) cuando cuando 9 años luego (1977) celebraría en retrospectiva aquel año mítico que nunca nos daría la imaginación para mirar la China de entonces hoy… En aquellas convulsiones España, aún con un dictador, tenía el fermento de una juventud con presencia que entre la música y la canción, se abría pasos insospechados… Luis Eduardo Aute tendría entonces unos 25 años.
Massiel (nacida como María de los Ángeles Felix Santamaria Espinosa) se cruza con Aute en 1965, faltan 3 años para EuroVisión, que en Londres, Inglaterra, se celebraría en el Albert Royal Hall. Bajo aquella simpatía y admiración, Aute produce 5 canciones pioneras: Don Ramón, Made In Spain. Rojo sobre Negro. Aleluya # 1. Rosas en el Mar.
Luis Eduardo seguiría aferrado a su vocación de artista plástico con pasión inusitada, sin embargo Massiel logra grabar en 1967 Rosas en el Mar, apenas un año antes de lo que sería su triunfo en Eurovisión con la canción del Dúo Dinámico La, la, la. Estas referencias, para recordar a Luis Eduardo Aute, son obligadas, porque en aquel momento se hablaba, a partir de Aute y otros grupos de la nueva canción castellana, semillero de nuevas canciones, porque la música de los pueblos de España, poco a poco se abría espacio hacia un futuro político, donde la canción jugaría en la Transición Política Española un rol de historia y memoria.
ROSAS EN EL MAR.
Voy buscando un amor
que quiera comprender
la alegría y el dolor,
la ira y el placer,
un bello amor sin un final
que olvide para perdonar;
es más fácil encontrar
rosas en el mar.
La, la, la…
Rosas en el mar.
Voy buscando la razón
de tanta falsedad.
La mentira es obsesión
y falsa la verdad.
Que ganarán, que perderán,
si todo esto pasará;
es mas fácil encontrar
rosas en el mar.
La, la, la…
Rosas en el mar.
3/Aute y una producción televisiva dominicana en los años 80: Anita Ontiveros.. Detrás de esa canción, un texto en apariencia simple, estaba al talento de quien luego sería uno de los grandes cantautores españoles de su generación. Luego por el Madrid cerca e Alfonso XIII, calle Narcisos, en aquel lugar de Ana Belén y Víctor Manuel, en los encuentros ocasionales con Miguel Narros (Director de Teatro) José Luis García Sánchez, (director de cine). Rosa León, cantante. Allí se hablaba con encomio de Luis Eduardo Aute, de su personalidad y su talento. Finalmente, a mediados de los años 80, junto a Anita Ontiveros, comprobaríamos quién era Luis Eduardo Aute. Se le entrevistó largo y tendido, quedó complacido, fue un ambiente extraordinario, desconozco si sus deseos de venir a República Dominicana, fueron cumplidos: en aquella entrevista de cálido verano madrileño, esa fue su promesa, entre humor inteligente y rebeldía filosófica. (CFE)