Para Cuba que sufre…

Para Cuba que sufre…

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Cuba merece una vida mejor; ahora necesita libertad, democracia

La Patria es ara, no pedestal. La Patria no debe ser un peldaño para actuar contra ella dándose golpes en el pecho, mientras se proclama un patriotismo de hojalata.

El maestro José Martí sembró esta bandera de lucha que debe ser reivindicada cuando la tempestad parece abatir las voluntades, los deseos, las aspiraciones de una vida mejor.

El comandante Fidel Castro me invitó a visitar a Cuba, puse una condición: hablar con Francisco Alberto Caamaño Deñó, mi jefe directo durante la gloriosa Revolución de Abril de 1965. No tuve respuesta. No he visitado Cuba. Pero no he vivido de espaldas a uno de los acontecimientos políticos más importantes del siglo XX.

Al terminar de leer Cuba, la isla fascinante” de Juan Bosch, busqué el capítulo sobre la Revolución cubana, el cual no pudo ser escrito antes de asumieran el poder Fidel Castro y sus compañeros.

El tiro de gracia al analfabetismo, la escolaridad hasta nivel universitario, el crecimiento y calidad de la investigación científica en todos los aspectos, la hazaña de contribuir a la descolonización de países africanos, con tropas movilizadas miles de kilómetros para combatir en favor de la independencia y la libertad de pueblos esclavizados, expoliados, pisoteados.

Bajo la dirección de la revolución florecieron las artes, la calidad de la enseñanza, la práctica del deporte escolar, el respaldo irrestricto a los deportes de aficionados, desde el inicio hasta la consagración olímpica. Creció la solidaridad que se manifestó de manera voluntaria ante desastres ocurridos en pueblos cuya capacidad de respuesta es muy pobre, la colaboración de sus brigadas de médicos y socorristas.

La revolución cubana ha sido solidaria cada vez que ha sido solicitada, por supuesto, nada ni nadie es moneda de oro para gustarle a todos. No olvidemos lo que escribió el filósofo mexicano: “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”.

Cuba, cubita la bella, la que produjo grandes hombres, grandes mujeres desde la independencia hasta hoy, merece una vida mejor. Los largos años de sacrificio han dado frutos muy dulces en las artes, en la medicina, en la investigación, en los deportes. Esa Cuba construida sobre los cimientos destruidos del capitalismo, merece disfrutar de algo más, de mucho más de lo que tiene, ahora necesita libertad, democracia.

Es imperdonable que Cuba no sea autosuficiente en alimentos pues tiene tierra, agua, sol y hombres trabajadores, es imperdonable que se mantenga el racionamiento de alimentos y otras necesidades, es imperdonable la política, que también se practica aquí, de privilegiar el consumo de los turistas mientras se desatiende el pueblo.

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