Ninguna de las obras sobre expedi- ción del 59 explica porqué fracasó
Y hablando de recuerdos, los míos no son felices ni claros en cuanto a este capítulo de la historia. Los del 46 y horas antes o después de esa fecha. Aquellos hechos y aquel tiempo que el historiador llama «un interludio de tolerancia», en cuya nominación yo estoy de acuerdo, pasaron por la geografia del país sin recibir al menos de su gente una expresión de asombro. Como si nada hubiera pasado.
Por supuesto, hablo de la mayoría de la ciudadanía, ese núcleo de población al que los políticos llaman pueblo.
Comprendo hoy que puede haber más de una justificación para esa conducta, en un pueblo sometido a un régimen de opresión como fue el de Trujillo.
Sí, por supuesto. Pero no me será muy fácil borrar de mi mente las expresiones de indiferencia y olvido que asombrado noté en aquel pueblo en agosto de 1963 y días después de mi regreso del exilio en Cuba, sobre los hechos y protagonistas de aquel holocausto de junio del 59
Menos de cuatro años habían pasado de aquella trágica quijotada y ya todo eso que yo he llamado holocausto era en aquel país historia muy vieja.
Contemos ahora lo que había pasado.
«En 1959 muchos de los exiliados del PSP (y la Juventud Democrática) -vendrían en las expediciones de junio». Y eran en total cerca de doscientos. Miembros de todas las organizaciones que entonces había en el exilio, que no eran muchas, y algunos cubanos, venezolanos y americanos. Viejos veteranos de Luperón y Cayo Confites junto a jóvenes llegados de New York, Caracas y Puerto Rico y alguno de Francia.
Se han escrito muchos libros sobre este holocausto. Pero ninguno parece explicar por qué fue tan grande el fracaso de esta aventura. Se entrenaron en unas lomas de la provincia de Pinar del Río.
Allí estuvieron desde mediados de enero hasta mediados de junio. No parece que el asunto fue falta de entrenamiento. Se supone que tenían muy buenas armas y duchos comandantes.
El primer grupo de los expedicionarios bajó de un avión en Constanza. (Fue la parte, la única parte de la operación que se trazó y se cumplió bien. Todo lo demás fue un fracaso y la pérdida de muchas valiosas vidas.
En las motivaciones que condujeron a este holocausto debe mencionarse siempre la Leyenda de la Sierra Maestra. Como en realidad aquello fue un truco, desde el principio hasta hoy, se le ha agregado tanta imaginación al cuento que muchos lo han creído.
Digamos que a menos de cuatro anos de la tragedia del 14 de Junio, un grupo de jovenes que ya habían arriesgado su vidas combatiendo al Trujillato. Prisiones de La Cuarenta, silla eléctrica, Johny Abes García y otros monstruos.
Un grupo de jóvenes cuyas preciosas vidas muchos todavía lamentamos haber perdido, con su líder Manolo Tavárez Justo a la cabeza, se levantaron en armas, se entregaron desarmados, los mataron y después, después no ha pasado nada.