Para qué votar y por quién votar

Para qué votar y por quién votar

José Miguel Gómez

La vida tiene sentido cuando se asume con un por qué, pero también, cuando construimos de forma consciente los para qué de nuestras acciones, ejemplo, para qué quiero un trabajo, para qué quieres el poder, para qué quieres una pareja, un viaje, un estatus social, una fe y espiritualidad.

Las personas saben del cómo, del deseo y de la satisfacción, pero pocos saben asumir o descubrir los para qué de la vida.

Siempre a un político hay que preguntarle, ¿Para qué quiere el poder?

¿Por qué desea gobernar? O diferente ¿Qué es lo que nunca harías en el poder? ¿A qué renuncia o qué no acepta y qué le da resaca moral cuando lo hace de forma incorrecta?

El votante necesita un por qué votar y por quién votar. Nadie con derecho al voto debe abstenerse, renunciar a votar, alquilar o vender su voto, o dejar de hacerlo porque no va a ganar o porque como quiera van a perder.

Para qué votar, para defender la democracia construida, para cumplir con la responsabilidad político-social y democrática de poder elegir para después reclamar y demandar los compromisos contraídos. Votar para cumplir con la identidad partidaria y por el sagrado mandato constitucional.

Por qué votar, para enseñar a los hijos la responsabilidad ciudadana y
democrática. Para apoyar al abuelo (a) por las luchas, vidas y sangre
derramadas, para vivir la libertad de elegir y votar de forma libre y
pacífica.

Hay que votar contra el abstencionismo, la apatía y la indiferencia del que
vive sin identidad y sin memoria democrática. Hay que votar contra la
compra del voto, el alquiler de la consciencia y la prostitución política con

la pobreza y la marginalidad para manipular, comprar sus sueños, sus
propósitos e ideales de vida.

Por quién votar: votar por el país y quien te asegure reformas, control de
la corrupción, justicia independiente, control de la impuntualidad,
persecución contra el crimen organizado en lo público y lo privado; pero
también, votar por quién pueda disminuir el malestar social, y el
acumulado de problemas pendientes y no resuelto por décadas.

Votar por Luis Abinader, por senadores y diputados que puedan ir más allá
de sus intenciones partidarias que, demuestren carácter, hechos y buen
desempeño en un ejercicio político-social con la sociedad y las personas
vulnerables.

Abinader, sin pretensiones personales, ha tenido un desempeño diferente,
más ético, no permisivo con la corrupción ni la protección de funcionario
cuando el rumor público, la justicia y las instituciones del Estado ha
requerido de la Independencia para el control del crimen organizado y la
corrupción.

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