Para un cambio verdadero

Para un cambio verdadero

Los vientos de cambio político no deben festinarse si queremos hacer avanzar la sociedad dominicana hacia un nuevo estadio más avanzado y próspero.

Corresponde que tan pronto superemos la pandemia que nos agobia, emprendamos reformas institucionales que nos permitan superar la cultura del caudillismo, del fraude electoral e imposiciones que impiden que prevalezca la justicia en nuestro país.

  1. Debe elegirse a la Suprema Corte de Justicia por 12 años, de manera que después de cada período electoral el Consejo Nacional de la Magistratura pueda seleccionar una tercera parte, no todos a la vez por 7 años como ahora, y no permitir que éstos puedan paralizar a su antojo los procesos civiles del país; lo que no solo perjudica a los abogados en ejercicio, sino los procesos económicos y administrativos, que son fundamentales.
  2. Que se apruebe de una vez el Código Penal con sanciones análogas a las actuales, pero con cúmulo de penas, para que los presos y reincidentes tengan temor de cometer nuevos delitos.
  3. Debe de insistirse en que el Código Penal despenalice la interrupción del embarazo por los tres causales, ya que el amplio triunfo de Faride Raful al Senado, a pesar de algunos religiosos retrógrados de las iglesias católica y evangélica, que fue una especie de plebiscito, tal como se permite en casi todas las naciones civilizadas del mundo, siempre que sea durante la etapa pre-fetal y todavía no humana propiamente del embarazo, porque esto nos avergüenza.
  4. Está bien que los miembros de la Junta Central Electoral no sean dirigentes de partidos, aunque no se puede evitar que tengan sus simpatías, si son personas probas, serias y valientes. Para mí, Luis Felipe Rosa llena todas esas condiciones para formar parte de dicho cuerpo, porque ha actuado siempre con altos estándares de moralidad y capacidad; y no pertenece a cuadros directivos de ningún partido.
  5. Hay que seguir desmontando los puestos burocráticos, repetitivos e innecesarios, que no hacen más que perjudicar y corromper la administración pública.
  6. Las Leyes del Régimen Electoral y de los Partidos Políticos deben fusionarse en un Código de identidad y de elecciones libre de contradicciones, ventajismo y parasitismo político, pues hay ya 27 partidos.
  7. Hay que hacer espacio para aprobar una Ley de Extinción de Dominio, específicamente para los bienes adquiridos producto del narcotráfico y la corrupción administrativa.
  8. Deben crearse las procuradurías adjuntas para perseguir el narcotráfico, la corrupción y los delitos electorales, con mandato esta última para perseguir activamente a los delincuentes de la democracia, y acabar la compra-venta de votos en el país. No es cierto que un fiscal de municipio cualquiera puede enfrentar al poder y el dinero de esa clase de delincuentes.
  9. Es necesario reorganizar a fondo a la Policía Nacional, dándole formación avanzada, recursos tecnológicos y mejores salarios; pero también desmantelar las mafias y padrinos que aparecen en la alta oficialidad supernumeria, que mantienen la corrupción y los abusos a la ciudadanía y en las prisiones a su cargo.
  10. En general, se tienen que adoptar las medidas necesarias para que la sociedad dominicana no padezca los abusos de poder, particularmente sus sectores más humildes.
    Estas son solo algunas de las ideas que pueden implementarse en el proceso de cambios democráticos que aspira la sociedad dominicana.
    Seguiremos insistiendo…

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