París, un vértigo y una fuerza multicultural

París, un vértigo y una fuerza multicultural

Bajo su cielo azul de verano, un vértigo de arquitectura diversa y continua con un enfoque de integración a través de los siglos y de la Historia, Cuando hablamos de integración arquitectónica es que todo atrevimiento y revolución posmoderna del diseño se impone un denominador común, respetar la línea, y sobre todo el arte francés del trazado urbanístico, es decir la grandeza de la perspectiva lineal y abierta.

Basta para entenderlo llegar a la estación de metro Louvre, entrar en sus jardines, posicionarse detrás del Carrusel, y buscar bajo su arco en línea recta , los campos Elysées, el Arco del Triunfo, y alcanzar a lo lejos la propuesta contemporánea de l´Arche de la Defense

Desde la misma estrella del la place de L’étoile, es decir de la estrella que conforman las avenidas que caen a la Concorde, entonces de lado y lado de cada tentáculo arquitectónico que conforman sus avenidas un despliegue único y exclusivo de la arquitectura Hausmmanniana…Edificios de piedras de cantera , blancas pulidas y restauradas que hacen del edificio un Monumento.

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Ahí es donde está el duende, el genio, del artista arquitecto, porque cada edificio incrusta en la piedra su nombre con efecto de firma , así como un pintor firma la tela…Por todas las avenidas Foch, Mac Mahon, Wagram, Champs Elysées, podemos identificar los mayores arquitectos de finales de mediados del siglo 19, y principios del 20, con una posibilidad exquisita de identificar materiales, estilos, líneas y diseños. Entonces se nutre del arte del diseño arquitectónico.

Estamos frente a un espectáculo urbano, una escenografía donde podemos repercutir todos los dramas, los amores ,las riñas, que identifican la novelística francesa del siglo 19 con las obras de los autores Flaubert, Balzac, Zola, cuyas firmas de obras mayores como la Educación Sentimental, constituyen una auténtica balada literaria por el París del romanticismo.

La convivencia de las diferencias arquitectónicas hacen de París un conjunto de distritos, espacios, lugares, donde los ciudadanos son más que parisinos ….son de la movida del Paris onzieme es decir del París 11, Tomando mi zona urbana como ejemplo, donde la movida se combina entre la plaza de la Nación, la plaza de la Bastille y se identifica con identidad propia, es decir con la vida artística e intelectual de un distrito que a cielo abierto disfruta de la herencia del siglo 18 con sus parques, sus pérgolas, sus callejones de artesanos y joyeros de lujo y hoy día con el compartir de la movilidad en bicicleta, carros eléctricos, y construyendo un todo ciudadano que hace de este distrito un barrio abierto para todas las generaciones y todos los bolsillos, pues se puede acudir a los mejores lugares, cafés terrazas y restaurantes pero también se disfruta de propuestas asimilables por la clase media.

Tanto los jóvenes como los adultos y los envejecientes , encuentran sus espacios propios y de cohabitación, valores importantísimos para los franceses y la francofonía .

En toda la calle del faubourg Saint Antoine, encontramos bistrots para todos los gustos , con una posibilidad de llegar a un parque abierto y compartir un pique nique con estilo parisino sin que falte el buen queso y el buen vino y recordarnos de la obra clásica de Courbet ´´Déjeuner sur l´herbe´´, una joya de la Historia del Arte del siglo 19.

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Pero, no somos celosos de nuestras zonas, nos desplazamos con con apertura de lo que buscamos porque siempre encontramos en esta ciudad la especificidad de cada individuo con esa libertad de caminar por las calles por las avenidas por los faubourgs con un sentimiento de libertad y dignidad.

El mismo corte urbano de la ciudad, te invita a sentir los aires de sus colinas si subes a Montmartre, o a la Montagne Sainte Geneviéve, se puede inspirar y respirar los vientos que soplan en lo alto, y si bajas a los andenes del Sena desde la Rue Cardinal Lemoine, como lo hacía Hemingway, entonces sentirás los vientos marítimos que suben desde las costas de Normandía, y siempre te impresionará el grito de una gaviota huyendo del frío de la costa, para refugiarse en las cercanías de Notre Dame.

Espera entonces, que caiga la noche y métete cuerpo y corazón abierto por las callejuelas del barrio Saint Michel y escucha los sonidos del jazz que vuelan por los clubs como les Trois Maillets, que hicieron de París una de las capitales del jazz, y a pocos pasos caminando en la noche, La Candelaria de la Rue Monsieur Le Prince y la Escale, sin olvidar el Mambo de la rue Cujas te permiten llenarte de música latina de todos los géneros y sellar la noche en la Rue de Lappe, hoy apropiada por la juventud que busca el flow del tapeo y de los cócteles del mundo.

Esto lo mencionamos como un aspecto del encuentro de la cultura múltiple y diversa que ofrece Paris y que permite los intercambios entre clientes de todas las generaciones y culturas construyendo encuentros que nutren la diversidad en la tolerancia y el compartir.

Esto es la cultura humana del siglo 21, romper con los ghettos humanos y hacer posible que los distritos se atraigan entre sí y participen en una fluidez de las diferencias y de las diversidad, dependiendo de lo que cada ciudadano busque…..y lo encuentre sin considerar límites urbanas que encierran las clases sociales en distritos de separación ciudadana…