Aunque la democracia dominicana está cimentada en un conglomerado de partidos que dan la sensación de un equilibrio de poder repartido en 30 organizaciones, en los hechos solo dos mantienen la hegemonía por encima de partidos minoritarios que, salvo excepciones, en la práctica se acoplan a un juego de alianzas electorales y distribución de los cargos públicos.
Las aspiraciones no paran, pues la Junta Central Electoral tiene en sus manos 31 solicitudes de nuevos reconocimientos políticos, de los cuales hasta ahora se han rechazado once.
El oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM) lideran la contienda política.
Pero como el PRM -que es un desprendimiento del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)- no ha alcanzado el poder, su capacidad de negociación para hacer alianzas electorales aún está por debajo de la del PLD.
En la actual coyuntura, en la que está en juego la permanencia en el poder del PLD y en la que sigue latente una posible reforma constitucional aunque el presidente Danilo Medina desistió de una nueva repostulación, el grueso de los partidos minoritarios se resguarda en el silencio a la espera de una definición del panorama político de cara al año 2020.
Otros empiezan a reagruparse alrededor de las dos corrientes que dirigen el PLD: las de Leonel Fernández y el presidente Medina.
Una prueba de eso es el PRD, que puso todos los huevos en la canasta de Medina, antes de él anunciar que desistía de la reelección.
Sin embargo, las excepciones marcan distancia con el peledeísmo gobernante debido a la corrupción y la impunidad que tiñen esa gestión de 15 años consecutivos. Entre los minoritarios que mantienen posiciones contrarias al PLD se citan Alianza País, Dominicanos por el Cambio, Frente Amplio, Partido Alianza por la Democracia y Opción Democrática.