Si algo terminó de convencerme de que la oposición agrupada en la alianza Rescate-RD anticipa que perderá las elecciones del domingo ha sido la solicitud, depositada en la Procuraduría General y la JCE, de que se investigue un plan de sectores oficialistas para boicotear el proceso mediante un “apagón tecnológico”.
¿Qué interés podría tener el Gobierno en hacer abortar unas elecciones en las que tiene todas las de ganar, según las encuestas? ¿Por qué sabotear su propia victoria? En esas incongruencias no tuvieron tiempo de pensar los representantes de la Fuerza del Pueblo, del PLD y el PRD, que en sus prisas por convocar de urgencia a la prensa no armaron bien el muñeco, limitándose a suscribir, sin hacer ninguna diligencia para determinar su veracidad, una denuncia que dado el pedigrí de los denunciantes hay que tomar con pinzas y presumirle oscuros propósitos. ¡Y eso lo sabe todo el mundo porque son fichas conocidas!
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Por supuesto, todo ese ruido faltando días para las elecciones no contribuye a generar confianza en el proceso ni en sus resultados, que es el objetivo de los partidos que endosaron esa denuncia, que para tranquilidad de todo el mundo debe ser investigada. Ese pataleo adelantado, es el momento de decirlo, no parece la estrategia más apropiada para convencer a sus militancias de que acudan en masa el domingo a votar por sus candidatos, pues el mensaje que les están enviando es de que habrá problemas, de que las elecciones municipales podrían ser nuevamente suspendidas, por lo que lo más prudente es quedarse tranquilos en sus casas. Otra incongruencia en la que no pensaron.
Son cosas que la democracia dominicana debió superar hace mucho, mucho tiempo. Y si no ha podido hacerlo no es por culpa de los ciudadanos, que cada cuatro años acuden a las urnas a votar por los candidatos de su preferencia, demostrando con su civismo que tienen más confianza en la democracia y sus instituciones que muchos de los políticos que aspiran a gobernarlos.