Ángela Peña 
Desde 1963 cuando ingresó a trabajar en Listín Diario, Pedro Caba se había formado el convencimiento de que en la República Dominicana existía un modelo económico y social “virtuoso”, generador de una riqueza de 80 mil millones de dólares (PIB), que estaba muy lejos de estar agotado y que debía defenderse para impedir que se impusiera el concepto empresarial de regresar y suplantarlo por otro que se asemejara al proteccionismo creado por la Ley 299, de 1968.
“Aunque fue concebida por 20 años, los empresarios lograron conservarla hasta 1990, cuando Balaguer se da cuenta de que para sustituir el esquema había que suplantarla por encima de su propio Congreso y pronunció un decreto-ley que la dejó sin efecto”.
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El reconocido periodista, exasesor de comunicación del Poder Ejecutivo en los gobiernos de Joaquín Balaguer y Leonel Fernández, formuló esas consideraciones, a propósito de la publicación de su libro “El desarrollo dominicano, 50 años de carrera periodística entre la agropecuaria, la agroindustria, la manufactura, la minería y el turismo”. Contiene una versión audiovisual en voz del locutor Manuel Segura.
Caba no es el único autor de la obra. Le acompañaron 26 coautores que analizan el proceso político, económico y social desde la muerte de Trujillo hasta el presente. A cada gobernante le atribuye un aporte.
Antonio Guzmán centró su atención en el agro y la pecuaria, en procura de abastecimiento alimenticio y mantuvo a flote la agroindustria de la caña. Salvador Jorge Blanco “preservó las estructuras productivas heredadas”, aunque debió sujetarse a imposiciones del Fondo Monetario Internacional. Balaguer emprendió obras de infraestructura de riego, acueductos, vías de comunicación, según Caba.
Leonel Fernández consolidó la apertura del mercado, introdujo la economía en la globalización con acuerdos de libre comercio regionales, modernizó el Estado y fortaleció las estructuras productivas tradicionales, incluyendo el campo, consigna.
De Hipólito Mejía, dice que en sus primeros dos años “mantuvo el crecimiento heredado del siglo 20” y que estos fueron de crecimiento. Refiere “la debacle bancaria, pérdida del crecimiento y la estabilidad macroeconómica, con saldos tan graves como la anulación de un 20 por ciento de la riqueza histórica ya creada”.
Reconoce al exgobernante “la valentía de asociar al país, a última hora, en el Acuerdo de Libre Comercio con Centroamérica-RD y Estados Unidos”.
Tras referir conquistas del segundo período de Leonel Fernández, afirma que Danilo Medina emprendió una promoción y ayuda financiera a la micro, pequeña y mediana empresas, “bajo el convencimiento de que estos han sido los sectores relegados del crecimiento acumulado hasta el momento…”.
“En resumen, un producto interno bruto que en 1961 cerró con 875 millones de dólares, terminó incrementándose hasta arriba a los 60 mil millones de dólares. Si nos dejamos conducir de estas cifras, podemos afirmar que la economía es hoy 60 veces más grande que 50 años atrás”, apuntó.
Los coautores
Pedro Caba escogió a 26 profesionales para analizar el desarrollo dominicano. Empresarios, economistas, ingenieros, expertos en turismo, administración pública y tributaria, historiadores, consultores privados, políticos, arquitectos y promotores sociales analizan el tema según sus especialidades.
Son Rafael Tomás Hernández, Luis José Asilis, Eduardo García Michel, Carlos Despradel, Andy Dauhajre, Miguel Peña, Yunior Noboa, Julio Ortega, Julio Espaillat, Marcos Pérez, Juan Lladó, José M. Cordero Mora y Osiris de León.
También, Guillermo Caram, Leonel Carrasco, Leonardo Aguilera, José M. Torres, Ignacio Ditrén, María Felisa Gutiérrez, Germania Montás, Francisco Rodríguez, Carlos Cuello, Ellis Pérez, Pelegrín Castillo, Mariel Villalona y Nelly Manuel Doñé.
“Cada testimonio constituye una charla magistral para el desarrollo de proyectos y programas de inversión y para aprovechar oportunidades de negocios”, significó Caba.
Explicó: “Yo estructuro, conceptualizo el modelo, lo sustento en cuatro grandes motores de la economía: agropecuaria y agroindustria, manufactura y zona franca, minería metálica y no metálica, turismo y servicios”.
“No bastaba un periodista no titulado en economía, como lo hacía por televisión, sino, que había que sustentarlo en testimonios de quienes han sido actores del desarrollo económico y social, desde Trujillo”, añadió.
En reconocimiento a Luis Abinader, anota: “Sería faltarle a la historia reciente si dejara de consignar el valiente y decisivo papel del actual presidente, Luis Abinader Corona, para rescatar el modelo de desarrollo del estado ruinoso en que lo dejó el COVID-19 en 2020”. Destaca “su visionaria postura de afincarse en el turismo sin dejar de apoyar los demás sectores”.
Aún en la contracubierta del libro, Pedro Caba reitera exaltaciones al modelo económico de Joaquín Balaguer, criticando “el ego que caracteriza a los economistas nuestros y el temor de los historiadores a calificar eventos recientes”, señalando “voceros de opinión que han hecho carrera a costa del antibalaguerismo”.
