ROMA — El cardenal George Pell, exasesor financiero del papa Francisco que pasó 404 días en confinamiento solitario en su natal Australia por cargos de abuso sexual infantil antes de que se le anularan sus condenas, murió el martes en Roma a los 81 años.
Pell sufrió complicaciones cardiacas fatales luego de una cirugía de cadera, informó el arzobispo Peter Comensoli, sucesor de Pell como arzobispo de Melbourne.
Pell se encontraba en Roma para asistir la semana pasada al funeral del papa Benedicto XVI.
“Esta noticia nos causa una gran sorpresa a todos nosotros”, dijo el arzobispo de Sydney, Anthony Fisher, en un comunicado publicado en Facebook. “Por favor recen por el descanso del alma del cardenal Pell, por el consuelo para su familia y por todos aquellos que lo amaron y lloran su pérdida en este momento”.
El primer ministro australiano Anthony Albanese dijo que hay planes en marcha para realizar un servicio funerario en el Vaticano y posteriormente llevar el cuerpo de Pell de regreso a Australia.
“Para muchas personas, en especial aquellas de fe católica, esté será un día difícil, y expreso mis condolencias a todas esas personas que hoy están en duelo”, dijo Albanese.
La periodista Lucie Morris-Marr, quien escribió el libro “Fallen” sobre el juicio de Pell, tuiteó que el fallecimiento de Pell “será un detonante terrible para muchos australianos afectados por el abuso sexual infantil de la Iglesia católica, y no sólo aquellos involucrados en su juicio”.
Pell, exarzobispo de Melbourne y Sydney, se convirtió el tercer funcionario de mayor rango en el Vaticano después de que Francisco lo designó en 2014 para reformar las notablemente opacas finanzas de la Santa Sede.
Pasó tres años como prefecto de la recién creada Secretaría de Economía, donde intentó imponer estándares internacionales en materia de presupuesto, contabilidad y transparencia.
Pero Pell regresó a Australia en 2017 en un intento de limpiar su nombre de cargos de abuso infantil que se remontaban a su época como arzobispo.
Un jurado de la corte de condado del estado de Victoria lo condenó en un principio por el abuso sexual de dos niños de 13 años en la Catedral de San Patricio a finales de la década de 1990, poco después de que se convirtió en arzobispo de Melbourne.
Pell pasó 404 días en confinamiento solitario antes de que la Corte Suprema anuló de manera unánime sus condenas en 2020.