El béisbol de las Grandes Ligas parece encaminado a su temporada más corta desde la década de 1870.
En un amargo tira y afloja por cuestiones económicas, los peloteros tacharon de fútil continuar la negociación con las Grandes Ligas e indicaron que los dueños deberían ordenar de forma unilateral que se inaugure la temporada pospuesta por el coronavirus, lo que podría desatar largos litigios y una nueva guerra laboral en el béisbol.
El paso dado por el sindicato el sábado por la noche podría derivar en una campaña de unos 50 juegos en vez de los 82 propuestos inicialmente por las mayores y los 162 de los que suele constar la temporada regular.
La Asociación de Jugadores de las Grandes Ligas podría responder interponiendo una queja que sería atendida por el juez de arbitraje Mark Irvings, bajo el argumento de que se adeuda una indemnización millonaria a los agremiados.Desafortunadamente, parece que un mayor diálogo con la liga sería fútil'', dijo Tony Clark, líder del sindicato, mediante un comunicado.
Es tiempo de volver al trabajo. Dígannos cuándo y dónde».
La oficina de las Grandes Ligas respondió con un comunicado acusando al sindicato de no negociar de buena fe, y citó un acuerdo de marzo que pedía salarios prorrateados pero no obligaba a los equipos a jugar en estadios vacíos.
El primer acuerdo en marzo
Los peloteros y las mayores llegaron el 26 de marzo a un acuerdo que contemplaba salarios prorrateados. Ese acuerdo daba al comisionado Rob Manfred el derecho de comenzar la campaña en caso de que no hubiera restricciones a los viajes y que se pudiera jugar con público en parques utilizados normalmente en la temporada regular. Convocaba a negociaciones de «buena fe» en caso de que se jugara en parques vacíos o neutrales.