Al 2030 consumirán el 12% del presupuesto del Minerd mientras el patrimonio de Inabima se ha multiplicado 18 veces la cantidad cotizantes se ha duplicado
Arismendy Díaz Santana, experto en seguridad social, califica de “piñata” lo que sucede con las pensiones de los docentes que están cargadas al Ministerio de Educación (Minerd) al margen de la ley, ya que deben ser cubiertas por el Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (Inabima).
Deplora que esto crea desigualdad con miles de envejecientes pobres que esperan por una pensión solidaria de 6,000 “pesitos”; más de 120,000 pensionados del Estado ven reducir su calidad de vida porque su pensión no se actualiza como dispone la Ley 87-01 y miles carecen de seguro de salud.
Señala que en tanto esto sucede estudios revelan las deficiencias en la formación de los alumnos del sistema público, luego de una década de entrega del 4% para la educación, y los maestros disfrutan del increíble privilegio de recibir pensiones totalmente pagadas por el Estado, en adición al 8% mensual que aporta como empleador.
El plan de pensiones de los docentes garantiza una pensión del 100% con 30 años de cotización, sin mínimo de edad; un 90%, con 25 años de aportes y 55 de edad, y un 85% con 20 años de labor y 60 de edad. “Este plan sería una maravilla si se pudiese aplicar a todos los dominicanos, dejando de ser un irritante privilegio”, expresa Díaz.
Déficit
Señala que con este sistema a los 30 años de docencia, el afiliado aportará 7,681,115 incluyendo los intereses durante su vida laboral. En cambio, el Estado desembolsará 11,726,000 de pesos constantes (10,010,000 pagados al titular, más 1,716,000 al cónyuge sobreviviente), arrojando un déficit de 4,044,885. (7,681,115-11,726,000), por cada uno de los 129,455 cotizantes.
Agrega que esto implica que las próximas décadas, esos 129,455 maestros activos generarán un déficit de 1,610,549,712,585 de pesos reales, sin inflación. “Se trata de una carga fiscal de tal magnitud, que comprometerá el 4 % de la educación y competirá con la deuda externa del país.
Si esto no es una piñata previsional, bautícela usted. Este subsidio reduce sensiblemente la cantidad de pensiones solidarias a los envejecientes más pobres”, indica Díaz, al apuntar que el Inabima es demasiado oneroso para el Estado.
Pocos cotizantes
Añade que el patrimonio del Inabima se ha multiplicado 18.4 veces en los últimos 13 años, mientras la cantidad de cotizantes ni siquiera se ha duplicado (1.96 veces) y actualmente posee el 11.1% del patrimonio total del sistema dominicano de pensión, con sólo el 6.0% de los cotizantes.
Apunta que este plan de pensiones se mantendrá, no por su propio mérito, ni porque garantice el equilibrio financiero, sino gracias a las presiones gremiales, y siempre a expensas de los contribuyentes. “Los maestros se merecen un retiro digno, siempre que con ello no se prive a los demás dominicanos de sus legítimos derechos”.
Díaz afirma que el modelo del Inabima no es replicable a nivel nacional porque es imposible universalizar un déficit infinito; debido a que supondría una cotización del 20%, arruinando a las pequeñas y microempresas y/o elevando más la carga fiscal; y porque prestaciones tan elevadas sólo pueden beneficiar a minorías muy poderosas.
“Ese plan es tan excluyente que no protege al personal técnico y administrativo, como si éstos no fueran parte integral del sistema educativo”.
Recuerda que una evaluación actuarial del 2018 concluyó que, de mantenerse el actual esquema, el gasto en pensiones y jubilaciones representaría un 12 % del presupuesto del Minerd en 2030.