Por un lado dice el expresidente Leonel Fernández que está esperanzado en que la sensatez se impondrá, la razón prevalecerá y se respetará la Constitución amenazada por los que pretenden modificarla para su propio beneficio, lo que no impidió que anunciara nuevas manifestaciones de protesta en las calles y frente al Congreso Nacional para defenderla, y por el otro le responde Gonzalo Castillo pidiéndole a Dios que ilumine al sector del expresidente para que abandone el camino de la confrontación y el desorden. El Ministro de Obras Públicas también aprovechó la ocasión para dejar claro que así como no hay marcha atrás en defensa de la Constitución, como proclaman los leonelistas, tampoco tiene marcha atrás la reelección del presidente Danilo Medina. “El pueblo dominicano no dará marcha atrás a la creación de empleo, no dará marcha atrás con la construcción de escuelas y estancias, a la tanda extendida y a las visitas sorpresas. No dará marcha atrás al desarrollo de los campesinos, no dará marcha atrás al crecimiento del turismo”. ¿Cómo no esperar lo peor en un escenario así? El pleito de los peledeístas por la candidatura presidencial inició la semana con pésimos pronósticos, como lo atestiguan las fuerzas militares y policiales que volvieron a tender un cerco “preventivo” alrededor del Congreso Nacional apenas horas después de que Fernández hizo su anuncio, sin que nadie se atreva a señalar, ni dentro ni fuera del PLD, quién será finalmente el ganador de una disputa que está arrastrando a todo el país. Por lo pronto, y en lo que los peledeístas deciden si matarse los unos a los otros o separarse para siempre, pierde la democracia dominicana y sus instituciones, que se han convertido en escenario e instrumento de las facciones beligerantes, y pierden los ciudadanos, que no merecen que sus impuestos se dilapiden de esa manera para único beneficio de un grupito, llámense leonelistas o llámense danilistas.