Un tercer elemento nocivo de la naturaleza es el viento, cuando convertido en un ciclón tropical, puede desarrollarse en cuatro etapas, a saber: perturbación tropical, depresión tropical, tormenta tropical y huracán.

Estos fenómenos atmosféricos se forman “cuando la temperatura del agua del Atlántico Norte supera los 26-27 grados Celsius, el aire cálido y húmedo se eleva, dejando atrás un aérea de baja presión”. Entonces, la baja presión atrae aire de su entorno atrapando el aire nuevo y esa masa comienza a crecer, se eleva, se enfría, crea nubes y comienza a girar debido a la rotación de la tierra.

Veamos algunos de estos catastróficos monstruos: el huracán más famoso fue el ciclón de Calcuta en octubre de 1737, que produjo 381 litros de lluvia por metro cuadrado y causó una marea de 10 a 13 metros, arrasando a su vez, 330 kms. muriendo entre 300 mil y 350 mil personas.

El tifón Haiphong en octubre de 1881, se originó en Filipinas, causando destrucción a Haiphong, Vietnam y a lo largo de toda esa costa, matando alrededor de 300 mil personas.

Bangladesh fue azotada por dos enormes ciclones; uno en 1970 y el otro en 1991. Entre ambos fenómenos atmosféricos perecieron, cerca de medio millón de personas.

Nima fue otro tifón súper devastador con vientos de 185 kms./hora el cual pasó al costado de Taiwán penetrando en la ciudad China de Hualien causando el colapso de las represas Banqiao y Shimantan, además de perecer cerca de 229,000 personas.

En América. El huracán Katrina, no obstante no tener una alta cifra de muertos, unos 2,000, causó estragos por destrucción de viviendas y sembradíos, por 108,000 millones de dólares.

El ciclón María azotó a Puerto Rico en 2017. Se calcula que perecieron 2,973 personas, pero los daños causados al igual que Katrina, se elevaron a 90,000 millones de dólares. Hasta la fecha, la isla no se ha podido recuperar totalmente, no obstante fondos donados por el Tesoro estadounidense.

Aunque no se catalogan como ciclones, en el oeste de los Estados Unidos de América ocurren cíclicamente tornados en la tierra y trombas marinas en el mar, las cuales afectan la navegación y el comercio.

En nuestro país han ocurrido tres ciclones con graves destrozos y pérdidas humanas. El primero, en el año 1930, la capital dominicana fue impactada por el ciclón San Zenón que dejó prácticamente en ruinas la ciudad, en donde los numerosos muertos fueron apilados y cremados en el actual parque Eugenio María de Hostos.

El 31 de agosto de 1979, Santo Domingo y la zona Sur de la República fueron impactadas por dos fenómenos que arrasaron con el tendido eléctrico, destruyendo y averiando un gran número de edificaciones. El primero, el huracán David de categoría 5, con vientos de 175 kms./hora, se llevó de paro 2,068 personas y daños económicos por 1,500 millones de dólares.

Este fenómeno fue seguido por la tormenta Federico, la cual acabó de diezmar los cultivos por la gran cantidad de agua que trajo, lo poco que dejó en pie David.

De nuevo, el 15 de septiembre de 1998, Santo Domingo fue impactada por el ciclón George, el cual tuvo la mayor incidencia en el campo agropecuario. Un ejemplo: las exportaciones de cacao decayeron, de 81,000 T.M. a 21,000 T.M. perdiéndose una gran cantidad de divisas y de árboles cacaoteros, que en esta fecha todavía no hemos podido recuperar.