La esperanza de vida va en aumento en la mayoría de países desarrollados. En la Latinoamérica, también algunos porcentajes han aumentado, logrando alcanzar la séptima y octava década de la vida.
El acceso a la alta tecnología médica, los diagnósticos tempranos y tratamientos de las enfermedades crónicas no transmisibles, aumentarán los años en las personas.
La calidad en los servicios, la disponibilidad cercana y de forma rápida y oportuna repercutirá en la salud, el bienestar, la calidez y calidad de vida. Duele mucho reconocerlo, la economía, la salud y la educación, son disponibilidades que nos hacen diferentes y hasta desiguales a los grupos sociales.
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Pero duele más, el reconocer que Latinoamérica ha crecido en su economía, pero no en la distribución, el desarrollo y las oportunidades de sus poblaciones. Aun así, las personas alcanzan mas años, aunque no igual calidad y calidez de vida.
¿Qué rasgos tienen las personas centenarias? ¿Qué los lleva a durar mas de 100 años, con su cerebro y sistema funcionando y adaptado a una sociedad?
En España y otros países europeos, han estudiado algunos rasgos o condiciones que poseen las personas centenarias que, otros no logran llegar, teniendo las oportunidades para llegar.
Los centenarios son personas optimistas, alegres, activos, focalizados en la vida, con varios sentidos de utilidad; además, se encontró que son resistentes, de buen humor, practican ejercicios, trabajaron muchos años, contaron con red de apoyo, y supieron gerenciar o superar las adversidades de la vida.
Algo que siempre se valora es la genética, el control de los hábitos tóxicos: tabaco, alcohol, drogas; así como también, azúcar, sal y la harina. Pero las personas centenarias poseen una actitud y una voluntad diferente a otras personas. Son positivos, emprendedores, activan la imaginación, construyen sueños y metas, y viven con propósitos en varias direcciones.
Las personas que enfrentan una longevidad en soledad, con sentimiento de inutilidad, anclado en el pasado, atrapado en un proceso de jubilación que no se activan, se vuelven apático, aislados, no caminan, no ríen, no bailan, no leen, no tienen espacios sociales y han perdido la empatía social, no llegan ser centenario.
El estilo de vida de una persona, sus pensamientos, emociones, su flexibilidad para adaptarse a los cambios de la familia, el trabajo, las perdidas, de amigos, las limitaciones propias de la edad influyen para asumir la vida, y no para sobrevivir en la vida.
Las personas con rasgos de personalidad centenaria, asumen la felicidad positiva: amor, alegría, compasión, reciprocidad, altruismo, solidaridad, afectividad y paz.
Está comprobado que esas actitudes emocionales positivas activan la dopamina, serotonina y adrenalina, pero también la oxitocina, endorfinas y mantienen el cortisol bajo.
La esperanza de vida va a continuar aumentando, pero llegar a ser centenarios siempre lo logran pocas personas en cualquiera comunidad. Recuerde, el estilo de vida saludable, dejar ir cosas que usted no puede cambiar. Adaptarse y ser flexible frente a las adversidades que le repara la vida, y asumir nuevos propósitos y hábitos que se adapten a su edad, pero nunca dejar de moverse, reconectar con la vida y con las cosas que le producen bienestar, tranquilidad y buen humor.