Desde la fundación de la República Dominicana estamos escuchando que uno de los problemas básicos de la nación, es la delincuencia. Lo cual no puede sorprendernos, mucho menos cuando dentro de sus innumerables causas, está la falta de empleo.

No obstante, la delincuencia y la falta empleo guardan una estrecha relación, y es que la primera es usada como excusa de la segunda en buena parte del mundo.

La tasa de desempleo es muy alta en nuestro país, porque las soluciones se han quedado en los discursos de nuestros políticos y la clase empresarial. Es tiempo de pasar a la realidad.

En esta semana el distinguido José Luis ‘Pepín’ Corripio Estrada, propuso la creación de un código de primer empleo para jóvenes profesionales, y saludamos el deseo, el cual me atrevo asegurar, es del todo sincero. Pero a su vez, pregunto, por qué poner tantas trabas para que los jóvenes ingresen a mercado laboral.

-“Experiencia laboral”- ese es el principal obstáculo que encuentran los nuevos profesionales de nuestro país para poder optar por un empleo en cualquier empresa. ¿Cuál es la experiencia acumulada de un joven que se pasa 4, 5 o 6 esperando terminar sus estudios para poder trabajar en su área y mejorar su calidad de vida?

En la vida todo se aprende, nadie nace sabiendo, la experiencia se adquiere y la capacidad se demuestra de acuerdo a las experiencias. Los jóvenes necesitan un voto de confianza, oportunidades reales, más inclusión, los jóvenes no son el futuro, son el presente. El Estado es el responsable de crear las políticas públicas que garanticen la apertura de esos espacios laborales para ese importante sector de la población.

Insisto con que, muchas veces queremos imitar algunas acciones de otros países, Francia y Alemania, por ejemplo, y hasta el propio Estados Unidos. Sin embargo, estos ocupan los principales lugares donde los jóvenes quisieran migrar en busca de mejor vida. Qué decir de Finlandia, República Checa y Austria, donde el índice de desempleo en menores de 25 años es un menor a un 10%.

Ojalá aparezcan empresarios valientes como Don Pepín y se sienten con el gobierno a profundizar este tema. Una forma de que el país logra avanzar hacia el desarrollo es permitiéndole a los jóvenes emprender e invertir aquí, de lo contrario continuaremos formándolos y otras naciones aprovechándolos.