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A través de estas tres entregas, nos proponemos contribuir al análisis del Resumen Ejecutivo del Presupuesto del año 2020 de la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo, diseñado y dado a conocer por las autoridades de esa casa de altos estudios a través de su rectora, doctora Emma Polanco.
Con ese fin, estimaremos el orden de magnitud de los recursos financieros que serán necesarios para que la UASD alcance sus metas y llene una gran parte de sus cometidos.
Se espera, para el año próximo un aporte de parte del gobierno de Danilo Medina a la UASD ascendente a la suma de RD$ 15mil 889 millones de pesos e ingresos propios por un valor aproximado de mil millones de pesos. La suma de ambas partidas complementaría el presupuesto de 16 mil, 800 millones de pesos demandado por las autoridades de la más antigua universidad del Nuevo Mundo.
También, trataremos de responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo ha evolucionado nuestro sistema de educación superior durante los últimos años? ¿Cuáles han sido los grandes aportes de la UASD al desarrollo de la sociedad dominicana? ¿Cuál será el monto de los recursos financieros que serán necesarios para satisfacer la demanda por educación durante ésta y la próxima década? ¿Cómo se relacionarán estos recursos con un crecimiento económico como el que probablemente experimente nuestro país? ¿Cuáles son los mecanismos y fuentes de conocimientos que podrían generar recursos adicionales para el sostenimiento de nuestro sistema de instituciones de educación superior? ¿Qué ventajas ofrecen esos mecanismos y cuáles son las principales limitaciones de los mismos?
Los recursos financieros necesarios para asegurar el desarrollo de determinado nivel educativo en algún espacio socio geográfico y durante cierto tiempo, pueden ser estimados a través de modelos que permitan proyectar la demanda de educación a partir del comportamiento previsible de determinadas variables.
La República Dominicana, al igual que algunos países de la América Española y el Caribe, ha estado expuesta a fuertes desequilibrios externos. Para contrarrestarlos ha tenido que recurrir a frecuentes devaluaciones del peso dominicano. Estas devaluaciones a su vez han ocasionado procesos inflacionarios, antes los cuales se ha tenido que reducir la actividad económica con el consecuente perjuicio del presupuesto de gastos de las universidades y de otras instituciones del país. Como bien lo expresara la rectora de la UASD, doctora Emma Polanco, “actores políticos y sociales no logran comprender el alcance de la Universidad Autónoma de Santo Domingo como eje articulador de integración social, porque si hay una institución que cumple con el principio de igualdad de oportunidades a través de la equidad, es esa la que el pasado 28 de octubre cumplió 480 años de haber sido fundada”
Tengamos siempre presente el hecho cierto de que por alejados que estén nuestros países de aquellos más industrializados, la creciente globalización implica que los trabajadores y los productos de esos países compitan con los de los nuestros. Al respecto, en la introducción de su libro “Más Allá de la Autonomía” el tratadista español Julio Fermoso, exrector de la Universidad de Salamanca, apunta lo siguiente: “Por aisladas, circunscritas o protegidas que estén nuestras universidades, sus egresados e incluso ellas mismas, están siendo medidos, cada vez con más frecuencia, según estándares y normas ajenas, a los para ellos tradicionales”
A pesar de los pesares, nuestra estimada Alma Mater sigue cumpliendo con su cometido de crear conocimientos, transmitirlos y configurar una permanente conciencia crítica de la sociedad.
Es cierto que el mundo ha cambiado, pero no tanto como algunos pretenden hacernos creer.