Perspicacia, estar un paso adelante

Perspicacia, estar un paso adelante

Anteriormente les comentaba acerca del empoderamiento, la autoestima y la confianza. Hoy les agrego un nuevo tema: la perspicacia. Me gustó una definición, la perspicacia es la aptitud de percatarse de las cosas aunque no estén patentes o claras. En la práctica, es mucho más. Es tener el conocimiento necesario y la autoestima para tomar decisiones determinantes en momentos claves o de crisis en la vida, en la evolución de una empresa o en una institución pública.
Hoy en día se requiere que los líderes económicos, sociales o políticos tengan esta aptitud – es la perspicacia utilizada de forma adecuada para poder influir sobre los demás o adelantarse a cambios disruptivos. Se puede llamar visionario a una persona perspicaz, ellos detectan problemas y dan soluciones a tiempo. Thomas Edison no fue visionario por inventar el bombillo (no fue el inventor) sino fue un visionario en convertirlo en un producto de consumo masivo 40 años después de haber sido inventado. Con esto quería darles el ejemplo de que tener la idea no es suficiente.
Es lo que hacemos con las ideas lo que importa. Hay un decir de los sabios orientales: Saber y no aplicar ese conocimiento es igual al no saber.
No es necesario recordarles el panorama mundial para que vean la utilidad de estas opiniones, tan solo un minuto de perspicacia al día puede cambiar la trayectoria del camino. Se preguntarán ¿Cómo? El primer paso es ser conscientes de las decisiones que se deben tomar cada día. Un segundo paso comprobado con la experiencia es empezar pequeño.
Estadísticamente se ha mostrado que las personas emprendedoras tienden a ser optimistas y no siempre toman las medidas correctas, ni se preparan en caso que fracase su negocio o su institución. Es mejor invertir en un proyecto en etapas, comenzando desde pequeño.
Ahí, la perspicacia es un asunto de vida o muerte. Frente a la incertidumbre, en vez de esperar que las cosas se aclaren y perder la oportunidad, hay que tomar la decisión de actuar a favor de que el equipo salga adelante. Si no tenemos esta aptitud, debemos cultivarla hasta que se convierta en un hábito, o en una parte fundamental de nosotros. Tomen la mano, tiene 5 dedos. Así la mano del éxito tiene cinco dedos: empoderamiento, autoestima, confianza y perspicacia son cuatro.
Dejaré al lector encontrar el dedo meñique de la mano de su éxito.
Para alcanzar la forma óptima de llegar al éxito, el equipo de Google reconoció de manera pública que las calificaciones de un líder y el grado de educación no le garantiza el éxito. El líder que se requiere en la actualidad, es el que aparte del conocimiento tenga la perspicacia y pueda ver lo que los demás no ven, ser el Thomas Edison ahí donde su equipo inventó el bombillo.
Como sociedad, es nuestro deber convertir la perspicacia en una herramienta con el fin de alcanzar un mejor desarrollo y bienestar para las comunidades. Bloomberg nos demuestra que el índice del bienestar está creciendo lentamente, pero no lo suficiente para solucionar la creciente desigualdad mundial en el futuro cercano. 1,100 millones de personas viven en extrema pobreza, con el equivalente de un dólar o menos al día. La brecha entre los ricos y los pobres es abismal y las medidas sociales tomadas en la actual economía mundial no son suficientes.
Parte de las ventajas que puede tener un dirigente perspicaz es saber utilizar los recursos que tiene y hacer previsiones para el futuro a favor del bienestar ciudadano. Tomen las energías renovables, son alternativas que pueden cambiar vidas. Saber tomar la medida adecuada frente a la caída del precio del petróleo puede traer bienestar en el futuro cercano, especialmente cuando ya el pasado nos demostró que debíamos hacer reservas en tiempos abundantes para poder superar los tiempos de crisis. Y esta es la realidad que hasta la Biblia la pintó en un sueño.
Investigadora asociada: Natalia Dorca.

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