Los disturbios en Haití continúan, pero la gente que sufre la crisis sociopolítica y económica se arriesga por la sobrevivencia. Ayer, quedó demostrado con el mercado binacional que se realiza por esta zona fronteriza.
El comercio se desarrolló con pocos flujos de personas por la ausencia de cientos de haitianos, pero bajo estrictas medidas de seguridad.
Algunos extranjeros desafiaron las protestas que esta vez llegaron hasta Juana Méndez, ciudad colindante con Dajabón, donde antes raras veces el caos protagonizado en la capital haitiana era motivo de preocupación.
“El pueblo haitiano está sufriendo, los pobres estamos sufriendo la crisis, porque las autoridades haitianas no hacen su trabajo. No se puede trabajar y el comercio está paralizado. Pero el Gobierno ahora también sube el precio de las gasolinas”, manifestó un ciudadano haitiano sin identificar.
A diario se reportan en Haití muertes, heridos y decenas de arrestados que han llevado a la vecina nación al desorden total.
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Han cerrado temporalmente algunos establecimientos, bancos comerciales y varias embajadas, incluyendo la dominicana, por el clima de inseguridad.
Por los disturbios del lado haitiano el Gobierno dominicano ha redoblado la vigilancia de la línea fronteriza con miembros del Ejército de República Dominicana, el Cesfront y la Policía Nacional.
El alcalde de Dajabón, Santiago Riverón, dijo que Haití es una amenaza permanente, pero que a pesar de la crisis en la vecina nación, entiende que la frontera no se pueda cerrar, ya que la situación podría empeorar porque se generaría una hambruna.
“Aquí debería haber de manera permanente un batallón de militares en el Cerro de Capotillo porque la amenaza haitiana es permanente”, indicó Riverón.
Por su lado, el presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS), Sandy Filpo, sostuvo que el caos que impera en Haití afecta a las empresas dominicanas y pone en peligro la seguridad en el país.