Mientras la prolongada sequia azota el país, y con ella se reduce el agua, los incendios intencionales en las cuencas medias y altas de esta provincia aumentan como la verdolaga.
Esos fuegos son realizados por agricultores para habilitar los terrenos cuando llueva y luego cultivarlos. Con esos reiterados incendios no habrá esperanza de que crezcan pinos u otros árboles porque, además de la malezas y la hierba, el calor acaba con los pequeños pinos que nacen a los pocos días.
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Lo peor es que los responsables de los incendios parece no han sido ni serán sancionados, por lo difícil del acceso para las autoridades que podrían establecer alguna sanción.
Los incendios registran en el área protegida del parque nacional José del Carmen Ramírez, cerca del distrito municipal de Sabaneta, donde hay varios “inspectores y vigilantes forestales que nunca suben a la parte alta.
Al momento de redactar esta información no fue posible hacer contacto con el doctor Juan Castillo Cabral, procurador de Medio Ambiente.