Cuando la unidad monetaria de un país busca dólares no necesariamente es una expresión de dolarización de hecho, mucho menos de derecho, pero si puede ser una señal del sentimiento que tienen los agentes económicos y el público en general respecto a la importancia que se le está dando a la moneda estadounidense en los mercados internacionales y local, lo que puede incidir, junto con el tema monetario, a elevar la presión sobre la demanda de la apreciada divisa y provocar mayor depreciación, al margen del nivel de reservas internacionales que pueda tener la economía.
En esta semana el presidente de la República, Luis Abinader, manifestó que, “con las reservas que tenemos, con el turismo, zonas francas y remesas, no hay ningún temor con el tema de las divisas y la subida del dólar”. Aunque lo expresado por el presidente Abinader puede considerarse con aspectos importantes para que una moneda tenga estabilidad y no se exponga a fuertes volatilidades, lo cierto es que el mercado cambiario puede ser un problema cuando inciden otros factores no mencionados por el primer mandatario y que a juicio de esta opinión son los que están incidiendo en el comportamiento alcista en la presente coyuntura.
Mientras la inflación ha estado presente en la economía norteamericana ha sido un tema de preocupación para la Reserva Federal y esa es la principal razón por la que el tipo de interés se mantiene alto, entre 5.25 % y 5.50 %. Para finales del 2023 la tasa de interés de la FED no tuvo variación, pero ante la subida de los precios en diciembre, situando la tasa de inflación del año en un 3.4 %, ha hecho que los temores por el no control de la inflación vuelvan a aparecer y puede ser una señal para que no varíe hacia la baja la referida tasa de interés y puede ser también, una razón más para que el dólar estadounidense se mantenga fuerte en los mercados internacionales frente al resto de las divisas.
Justo el valor del dólar de los Estados Unidos de Norteamérica, dentro de la canasta de divisas internacionales, en los mercados del dinero, su índice ha tenido una tendencia hacia fortalecerse cada vez más, frente a las seis monedas mundiales: el euro, el franco suizo, el yen de japón, dólar canadiense, la libra esterlina y la corona sueca.
Para el inicio de la tercera semana de enero, el índice del dólar estadounidense se posicionó en 103.0, una señal de nuevas alzas, mostrando que su fortaleza continua y que a pesar de que las reservas internacionales netas en el país cerraron el año 2023 en US$ 15,457.7 millones y que además, puedan ser capaz de cubrir hasta 6 meses de importación para la economía dominicana -métrica superior al parámetro de referencia internacional que es de 3 meses-, resulta que la posición de la inversión internacional dominicana ha mostrado un deterioro progresivo y a septiembre de 2023 se situó en valores negativos en US$ 65,827 millones, cuando en septiembre de 2020 era también negativo de US$ 56,996 millones, indicativo de que las tenencias de los pasivos superan con creces a la de los activos financieros externos de la economía.
La fortaleza del dólar norteamericano no solo solidifica a esa economía en el contexto internacional, sino, además, que puede hacer que tenga efectos de propagación adversos para las exportaciones e importaciones dominicanas, así como que haga más limitado el acceso a los mercados de capitales.
Otro efecto colateral negativo sobre la estabilidad macroeconómico dominicana es que la depreciación de la moneda nacional puede ocasionar un efecto traspaso hacia el incremento de los precios internos, haciendo que la lucha por controlar la inflación sea incierta en un escenario que por la coyuntura se prolongue más allá de lo previsible.
En la misma línea puede resultar honrar los compromisos del servicio de la deuda pública, pues el hecho de que en la composición, el 70.4 % sea deuda externa y también, de que el servicio de la deuda externa se sitúe para el 2024 en US$ 3,814 millones, superior en casi US$ 1,000 millones al del 2023 que fue de US$ 2,855 millones, son indicaciones que ayudan a alimentar la creencia de que no resulta suficiente para la estabilidad cambiaria, un alto nivel de reservas internacionales, remesas y el resto de los ingresos en divisas de la economía dominicana.
Las autoridades oficiales del área económica situaron para diciembre de 2024 que el tipo de cambio del peso dominicano frente al dólar estadounidense en RD$ 60.25, para una depreciación equivalente a un 6.45 %. Al 16 de enero del año en curso, la cotización oficial del dólar en el mercado cambiario spot era de RD$ 59.08, mientras que, el 2 de enero era de RD$ 58.29, este comportamiento muestra un nivel de depreciación de 1.35 %, pero en el mercado extraoficial se cotiza hasta en RD$ 59.25, para una pérdida de valor del peso más alta.
El hecho de que la depreciación del peso dominicano sea como la referida en tan solo las dos primeras semanas del año y a pesar de que las autoridades monetarias hayan inyectado desde finales del 2023 unos US$ 200.0 millones en una operación de mercado abierto por parte del Banco Central, es una señal inequívoca de que existen razones más allá de las que el presidente Abinader indicó recientemente.
Auscultando sobre las posibles causas adicionales del aumento de la cotización del dólar en el mercado cambiario, esta opinión ha considerado el aspecto de los agregados monetarios y las reservas internacionales, encontrando que la presión sobre la demanda de dólares ha aumentado en los últimos meses, colocándola en 52 y al contemplar también el medio circulante con el tipo de cambio, descubrimos que a enero de 2024 se situó en 13,702, ambos hallazgos pueden ser señales de que los pesos estén buscando dólares y que un agregado más, como el de la coyuntura electoral, intensifique mayores niveles de depreciación, al considerar que en las últimas 6 elecciones, la economía en el año electoral muestra un desempeño inferior al del año anterior y eso termine agregando valor al sentimiento de más dólar en vez de peso dominicano.
Mientras el dólar estadounidense se mantenga fuerte en el mercado de divisa internacional y la carga del servicio de la deuda pública continue en aumento, así como también la posición de la inversión internacional siga deteriorándose y los agregados monetarios sea un tema no vinculante con la actividad económica, serán razones para que existan presiones hacia la elevación de la tasa de cambio en la economía dominicana, más allá de los temas de las reservas internacionales y las fuentes generadoras de divisas.