Tratamos en la entrega anterior acerca de la acentuación ortográfica. ¿Cuándo debemos aplicar normativos correspondientes al código escrito o señal para la vista?
“A ti quisiera yo ponerte nombre. Te pondría un nombre de ciudad. /Un nombre de país /donde no se hablase lengua alguna. /Te pondría/ un nombre que pudiera habitarse y no decirse”.
Es una cita de la primera estrofa del poema “El nombre que nos crea”, de Luis Rosales, sevillano.
En la estrofa citada hay palabras átonas, que son las que no cargan ningún refuerzo en la pronunciación. Ejemplo: /te/, que es átona, y /quisiera/ que es tónica. A unas sí y a otras no, de acuerdo con las normas generales de la ortografía española. Bajo ese mandato, se les pinta el acento a todos las esdrújulas /póstumo/ y a las sobresdrújulas /entréguesele/.
Marcar el rasguillo o virgulilla (í) corresponde a las normas de acentuación ortográfica: A las voces agudas de más de una sílaba /composición/, /verdad/, y a las llanas o graves /fértil/, /verde/. A unas sí y a otras no, como ya hemos compartido.
También se les pinta el acento a todas las esdrújulas /póstumo/, y a las sobresdrújulas: /repróchesele/ su inasistencia.
Además se establece la utilización de la virgulilla sobre determinada vocal para que se entienda a derechas el contenido del segmento o sintagma envuelto en el material que se transmite al receptor del mensaje. Rige en monosílabos de acentuación prosódica o en ciertos monosílabos de doble empleo.
a) /Tú/, voz tónica, pronombre personal, segunda persona, singular: “Tú no podrás marcharte ahora mismo”. Y /tu/, voz átona, ni acento prosódico, mucho menos ortográfico. Es pronombre posesivo, singular: Esa fue /tu/ mayor conquista.
b) /de/, preposición, voz átona e invariable: “El producto que proviene /de/ Alemania”. No lleva rasguillo. Pero /dé/, palabra tónica, imperativo del verbo /dar/, segunda persona, singular: “Por favor, /dé/ algo de lo que esté a su alcance.
Esta aplicación de tilde sobre una vocal que, en principio, no sería necesario, como los casos generales de agudas, llanas, esdrújulas y sobresdrújulas, se emplea para diferenciar el papel de homónimos enfrentados. La gramática denomina esta aplicación acento diacrítico.
Sucede igual con algunos vocablos de más de una sílaba:
-¿Cómo? Interrogación: ¿Cómo te fue? Se le marca
-Como, relativo: “Partió /como/ alma que lleva el diablo. No se le marca.
-¿Cuándo volverás?, interrogación.
-Volveré /cuando/ todo haya terminado. Al primero, sí; pero al segundo no.
“En la disciplina de adiestramiento (párrafo seis), la /mas/ destacada”… Y en el párrafo siete (final): “En el ámbito nacional, en “dressage”, la /más/ destacada fue”…
Solo este último empleo, con función de adverbio, mereció la tildación, aunque primero ejerce la misma función.
Algunas personas, aún con cierta preparación, abjuran del acento diacrítico, al cual “tildan” de nimiedad. Sin embargo, hemos visto su aplicación en muchos casos, por lo que nos inclinamos a afirmar que /sí/tiene su sentido, su utilidad y su alcance.
Nota: Ver en matutino Hoy, sección Deportes, 17 de diciembre de 2016, el reporte “Fernández Haché” y Giorgia se destacan… (p. 7 B).