La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) abogó ayer porque, en base a los marcos legales vigentes, las autoridades competentes le pongan freno a la expansión del clientelismo político en el actual proceso electoral.

Pidió reflexionar sobre los efectos nocivos de esa práctica “cuya conceptualización inadecuada puede dar lugar a encubrir una triste realidad que empobrece nuestra democracia”.

La entidad de la sociedad civil señaló que el clientelismo es una modalidad que favorece el predominio de la corrupción política, pues garantiza el intercambio de bienes y servicios de una parte, a cambio del apoyo político de otra.

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“El uso de los recursos como una práctica informal, lacera la libertad de los votantes bajo el supuesto de que la elección popular ya no es más el producto de un análisis transparente y recíproco en búsqueda de una gobernabilidad eficiente, sino que es el fruto de favores, donde poco importa el bienestar social, el debate sano de ideas y la promoción de un pluralismo político autónomo y diverso”, enfatizó.

En ese sentido, y a la luz de los aprestos electorales que se despliegan en todo el país, la Finjus dijo estar preocupada, por considerar que “cuando el clientelismo se convierte en la forma preferida del sistema político para relacionarse con la sociedad, su nocividad aumenta”.

Recordó que el sistema electoral dominicano está diseñado como un mecanismo que propicia el derecho a la libre asociación y participación política de la ciudadanía, para lo cual debe contar con herramientas eficientes que promuevan su fortalecimiento.

Reconoce que en todo proceso electoral se hace necesario el apoyo económico, social y político de la ciudadanía, pero dijo que eso debe obtenerse por medio del establecimiento de relaciones formales como consecuencia de un amplio ejercicio pluralista.

De ahí su llamado a los actores del sistema y a la sociedad a la reflexión.