El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo debería hacer un gran esfuerzo en planificar la cuenca de los ríos Yuna y Camú, para lograr un plan estratégico de desarrollo e incorporar todos los recursos naturales de la región al proceso productivo. El ministro de Planificación es un hombre joven, que debería trabajar con proyectos específicos, programas y planes, que tengan impactos en las zonas que se ejecuten, donde la población lo sienta y lo viva, para aumentar su estándar de vida. En el sistema capitalista, como está la economía de RD, es apropiada la planificación indicativa, con el objetivo de ir ejecutando variables, que favorezcan el desarrollo.
La Cuenca comprende Salcedo, La Vega, Bonao, Cotuí, Duarte, Nagua y Samaná. En esta región se genera el 60% de la producción de arroz y el 65% de cacao. La región tiene las presas de Hatillo, Río Blanco, Tireito, Arroyón, Rincón, Mejitas, Las Lagunas y Arroyo Hondo. Son presas de usos múltiples e irrigan 29,565 hectáreas, equivalentes a 473,000 tareas. Es necesario construir la represa en el río Camú llamada Guaigüí, para evitar las inundaciones desde La Vega hasta Angelina-Cotuí, donde el río Yuna represa a Camú, cuando hay crecidas. Samaná, Nagua, Constanza y Jarabacoa, tienen potencial turístico.
El Ministerio de Planificación debería establecer la cuenca Yuna-Camú, como un modelo de desarrollo, para que las demás regiones del país la tengan como referencia y así, lograr un desarrollo de una región en forma armónica. Solamente renovando las plantaciones de cacao se aumentaría la producción y con ello las exportaciones, logrando más divisas, porque esas plantaciones tienen más de 30 años en su mayoría y en esas condiciones, es casi imposible aumentar la productividad, porque se necesita hacer las revocaciones con cacao híbrido, con clones de alta productividad, bajo el sistema de injertería.
El cacao debe renovarse cada 30 años. Además, los rendimientos en cacao tienen que subir a un mínimo de 150 libras por tarea, en lugar de 50 libras, como es en la actualidad. La represa en el río Camú es una necesidad, donde el INDRHI la comenzó desde hace tiempo. Ahí se ha malgastado mucho dinero, en diferentes administraciones. Igualmente debería hacerse la presa del río Licey, de La Vega, que provoca crecidas en poco tiempo, las cuales inciden en destruir infraestructuras existentes. La referida represa es importante para las gentes del Cibao. El Obispado de La Vega ha solicitado al Gobierno construir la represa de Guaigüí, porque es una necesidad para la ciudad de La Vega y la agricultura.
Así como el gobierno inició la reconversión de la provincia de San Juan, deberían los Ministerios de Agricultura y Economía elaborar el proyecto de la reconversión de la cuenca Yuna-Camú, para desarrollar una de las regiones con mayores posibilidades económicas del país. Hoy se habla del desarrollo territorial rural y ahí tiene la oportunidad el Gobierno, de trabajar para una región que demanda la canalización de los ríos Yuna-Camú y construir las represas que aún faltan en esa cuenca, para evitar los daños que causa, con las riadas de los ríos. La planificación en el sistema capitalista es útil.