Cuando uno lee y escucha los argumentos de la dirigencia del PLD para justificar la decisión del Comité Político de adelantar la escogencia de su candidato presidencial, en violación a la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, se convence de que el partido morado todavía no acaba de entender que ya no está en el poder, por lo que perdió la prerrogativa de respetar la ley solo cuando conviene a sus intereses.

Melanio Paredes, por ejemplo, quien afirma que la decisión de su partido obedece al hecho de que el PLD es la única organización política que no cuenta con candidato definido hasta la fecha, lo que considera una desventaja.

“A las demás fuerzas políticas se les conocen sus candidatos. Luis Abinader por el PRM, quien está en permanente campaña por su reelección aun cuando no lo exprese de manera clara, y Leonel Fernández por la Fuerza del Pueblo”.
Desde luego, la gabela que consigue el que está en el gobierno nunca molestó a los peledeístas hasta que, como ahora, les toca estar abajo, en la oposición, donde todo da mucho más trabajo.

Pero lo cierto es, aunque Melanio prefiera no acordarse, que el PLD aprovechó esa gabela con largueza. Baste recordar que desde que saltó su primer charquito con premeditación y alevosía, el entonces presidente Danilo Medina nunca dejó de estar en campaña electoral hasta que consiguió reelegirse.

Y si lo hubieran dejado que modificara la Constitución, es probable que todavía fuera Presidente de la República, pues sabemos por amarga experiencia que el Poder da seguidilla.

Pero vista la debilidad del argumento con el que el PLD pretende justificar su anunciado desacato a la Ley 33-18, que entre sus penalidades contempla la inadmisibilidad de las candidaduras escogidas por los partidos fuera del plazo legal, es de suponer que la JCE no tendrá ningún problema, excusa ni pretexto para ejercer su autoridad y demostrar que no está pintada en la pared como creen los peledeístas.