Fui de los iniciadores del Partido de la Liberación Dominicana. Cuando apenas tenía unos 16 recién cumplidos, Leonel Fernández me invitó a conocer al profesor Juan Bosch, mientras celebraba una tertulia en el Comité Intermedio Juan Núñez Mieses, cerca al mercado modelo de Villa Consuelo.
Y ya estaba en el Círculo de Estudios de Leonel, requisito para pasar a ser miembro. Y Bosch me preguntó qué hacía: comenzaba el bachillerato y le dije que me gustaba escribir poesías. Eso irradió una química con el que sería mi maestro y el de toda una generación. Y me invitó a visitar su casa. Y así comencé a publicar poemas en Vanguardia del Pueblo. – Creo que eres el más joven del Partido, me dijo. De ahí me comenzaron a llamar el Benjamín del Partido. Y así comencé a nutrirme de las sabias enseñanzas del PLD, de los Círculos de Estudios, y del profesor Juan Bosch.
Y la unidad del PLD era lo principal. Y al escribir poco tiempo después mi libro sobre Vicios pequeño-burgueses en la Izquierda Dominicana, (que corrigió Bosch con puño y letra), en la página 30, comenté cómo “el grupismo es un germen que carcome la unidad, la mística, el respeto, los métodos de trabajo y la disciplina que deben existir en toda organización”. Y también ocurre cuando no hay organismos operativos. Y eso hace un daño al Partido, un daño que quizá no alcanzan a ver, escribió Bosch en el folleto número 2, página 4. Y hablé además del grupismo, del personalismo, de la ambición de mando. Los principios de Bosch y el PLD no caben en ningún grupo.
A Danilo lo conocí siendo jefe de campaña de Leonel cuando visitó a Massachusetts, a principios de los años 90. Poco después, me di cuenta que eramos primos. Su abuelo era el hermano de mi abuela. Y por eso, lo he apoyado siempre, incluso en la campaña del 2000. Entre Leonel y Danilo debe estar el PLD, los principios, la ideología del Partido; el servicio a los demás, no otros. Y lo digo por el afecto que le tengo a ambos: Danilo es mi pariente, aunque Leonel sea como mi hermano.
El presidente Danilo Medina merece la oportunidad de seguir en la presidencia nuevamente por su vocación de servicio; está haciendo un buen gobierno; es mi pariente; y porque el PLD lo escogió, y porque entiendo que es la voluntad de Dios. Y el Señor retribuye a cada uno conforme a sus obras. (Romanos 2:6). Por eso, los peledeístas debemos apoyar a Danilo. Y Leonel debe integrarse ya a la campaña electoral y así se lo dije cuando me visitó en la funeraria a darme el pésame por la muerte de mi madre. Y Dios sabe que es así.