La Policía manifestó hoy que no existe vinculación entre algún cuerpo de seguridad y una banda criminal, dedicada a actividades de secuestro, tumbe de sustancias ilícitas y sicariato, a la que se le ocuparon seis chalecos antibalas y nueve gorras con insignias de la Dirección Nacional de Control de Drogas, así como armas y pertrechos militares.
Según el vocero de la institución del orden, Miguel Balbuena, el grupo se dedicaba al tumbe de drogas a personas involucradas a la actividad del narcotráfico y podría tener tentáculos internacionales.
Informó, además, del apresamiento de cuatro integrantes del supuesto grupo, el cual raptó a un hombre y posteriormente lo mató en una finca ubicada en Villa Altagracia.
Se trata de Ríchard Bolívar Santana, quien fue retenido por la banda para obligársele a entregar dinero en efectivo y drogas, luego lo asesinaron.
Balbuena se negó a ofrecer mayores detalles a fines de no contaminar la investigación, ya que el resto del grupo no ha sido apresado y “aún faltan tentáculos por identificar”.
Lo que se conoce hasta el momento
Los detenidos fueron Gabriel Elías Lesta, mejor conocido como Poli; Armando Soto Hernández; España Contreras, alias Ramón; y Rafael Ricardo Espinal. Otros seis son buscados por la Policía.
De acuerdo con el vocero de la Policía, «Poli» perpetró el secuestro a Ríchard Bolívar y a una mujer que no fue identificada el 10 de diciembre.
Armando Soto es el administrador de la finca Cabrilla 20, mientras que España Contreras custodiaba el lugar, a quien se le ocuparon un fusil de fabricación húngara con su cargador y 14 cápsulas, también se le ocupó un juego de esposas niqueladas. Mientras que los chalecos antibalas y las gorras con distintivos de la DNCD, junto a un revólver, un pasamontaña, un juego de esposas, un teléfono satelital y una escopeta calibre 12mm fueron encontrados en casa de su hija.
En el caso de Rafael Ricardo se le ocuparon un carnet de sargento del Ejército a su nombre, dos pistolas sin documentos y una yipeta.
El cuerpo de Santana fue encontrado en una finca ubicada en Villa Altagracia, de quien solo se sabe que fue deportado de Estados Unidos. Según el informe patológico, tenía de ocho a 10 días sepultado.