La Sociedad Cultural Renovación, de Puerto Plata y la Fundación Brugal son los responsables del Premio Delia Quesada, en el género Literatura Infantil.
Fue ese premio singular cuyo lema es Por nuestro país primero, el que ganó la periodista y escritora Rosa Francia Esquea.
Juegos, recuerdos y tradiciones. Poesías, es el título del libro que ya está disponible para el público y que contiene precisamente eso: poemas en los que la memoria se hace presente para contarnos mayormente en cuartetas, historias y creencias de nuestra infancia.
Pero, los poemas de Rosa Francia, no acuden al recuerdo para contar un mundo que ya pasó, sino que en tiempo presente, en un tono positivo y esperanzador, da a conocer con palabras sencillas y rítmicas, las tradiciones dominicanas.
Su inspiración para cantar a ese mundo ideal que se queda frizada en nuestra memoria infantil, la dispara la cosa menos pensada: una muñeca de trapo, un pilón o la imaginación desbordada de una niña que se disfraza de caperuzita, mientras su amiga más cercana hace de loba.
No extraña entonces que las integrantes del jurado: Eleanor Grimaldi, Lucía Amelia Cabral y Emelda Ramos se hayan decantado por reconocer el sensible esfuerzo de Rosa Francia de hacer literatura para niños con la doble intención de entretener y educar.
Y es que en Juegos, recuerdos y tradiciones. Poesías, ella se da el lujo de traspasar toda una cadena de valores espirituales y morales, sin dejar pasar el legado folclórico de un país desbordado de belleza natural y de una imagineria popular de altos vuelos.
Ellas dan la justificación de por qué eligieron este texto como único ganador en el género: por se un lúdico paseo en versos, fresco y emotivo, transparente en su mochila de palabras, costumbrismo y musicalidad y porque su creatividad y ternura, dominicanidad y buen dominio del lenguaje hacen de la obra un texto delicioso a ser disfrutado por generaciones.
Siete
Si el arco iris contemplas
y los colores que tiene
uno a uno tú los cuentas
y verás que suman siete.
Como siete son los días
que componen la semana
y si quieres melodías
siete notas como hermanas.
Do, re, mi son las primeras
les sigue fa, sol, la si,
y como lo hacen las sirenas
que ellas canten para mí.
Son versos en su mayoría, con una descripción tan diáfana y una sonoridad tan exenta de complejidades, que parece que uno los ha leído antes o siempre-.
Son cantos a la escuela, a los personajes del carnaval, a las estaciones del año, la chichigua, el barquito y el avión de papel, la Navidad, el amor filial, los sonidos de los animales, a los que le da un sentido nuevo, pero enmarcado en los cuentos tradicionales para niños.
Para los mayores también es este libro. Para los que volaron chichiguas, tuvieron muñecas de trapo, jugaron trompo, vivieron en el campo y disfrutaron de la naturaleza vegetal y animal como un paisaje inolvidable que siempre tiene un espacio en su corazón.
Temprano todos los días
oigo a los grillos cantar,
y escucho esa melodía
como una rutina más.
Cada trabajo es presentado con hermosas ilustraciones de corte infantil, realizadas por Johanna Patricia Joaquín, que ayudan a complementar y a hacer más divertida la lectura de estos poemas que conforman una buena forma para enseñar a los niños de hoy, la pureza de una mirada soñadora que es capaz de crear un mundo perfecto, de objetos y cosas que forman parte de su vida cotidiana.