Amélie Oudea-Castera se encuentra en una posición muy incómoda, menos de una semana después de su nombramiento como Ministra de Educación, Deportes y Juegos Olímpicos en el renovado gobierno. AFP
¿Se puede ser un buen ministro de Educación, gestionar la enseñanza pública y que tus hijos estén escolarizados en la escuela privada? Se trata de la primera polémica del gobierno de Gabriel Attal. Recién nombrada ministra de Educación, Amélie Oudéa-Castéra ha suscitado numerosas críticas por haber enviado a sus hijos a colegios privados. Tres de sus predecesores también lo hicieron.
La nueva ministra de Educación se enfrenta este lunes pedidos de dimisión en Francia por «mentir», al asegurar que cambió a su hijo mayor de una escuela pública a una privada por el número de horas sin profesor reemplazante.
«Yo, creo en la escuela pública y creo que todos tenemos que tener una gran ambición por ella», reiteró este lunes Oudéa-Castéra, en un intento de desinflar la polémica. Pero lejos de desinflarse, la burbuja no deja de crecer.
Todo empezó el pasado viernes cuando nada más asumir el cargo, la titular de Educación justificó ante los periodistas la elección de la escuela privada para sus hijos por su «frustración» ante «los montones de horas» sin profesor reemplazante en la pública.
«Mi hijo mayor, Vincent, empezó, como su mamá en la escuela pública», dijo Oudéa-Castéra, quien agregó que ella y su marido «hartos, como miles de familias», decidieron entonces «buscar una solución diferente».
En Francia es moneda corriente que cuando un maestro está de baja, no se le sustituye y se distribuyen a sus alumnos en otras clases si los padres no se pueden hacer cargo de ellos. Y esto, aunque la baja dure semanas. Una situación desesperante para muchos padres.
La funcionaria justificó la elección del elitista centro educativo privado católico Stanislas, que fue acusado en 2022 de derivas homófobas y sexistas, porque se situaba en el mismo barrio del centro de París donde vivían.
‘Liberation’ revela que mintió
Sin embargo, el diario ‘Libération’ reveló que su hijo mayor sólo pasó un semestre en la escuela pública infantil Littré y que sus padres lo cambiaron a Stanislas porque el primer centro habría rechazado adelantarlo un curso, y no por problemas de ausencia.
La también titular de Juventud, Deportes y Juegos Olímpicos enfrenta una oleada de criticas tanto del profesorado como de partidos de oposición, en la primera crisis que enfrenta el gobierno del flamante primer ministro, Gabriel Attal.
«Llegó la hora de dimitir», escribió en la red social X el líder comunista Fabien Roussel, en la línea del resto de la oposición de izquierdas y de la de ultraderecha.
Oudéa-Castéra no es la primera ministra de Educación que opta por los establecimientos privados para sus hijos. También lo hicieron sus predecesores, Pap Ndiaye, Jean-Michel Blanquer y Luc Chatel que reconocieron haber llevado a todos o a algunos de sus hijos al colegio privado. El mismo primer ministro, Gabriel Attal, que también fue ministro de Educación estudió en uno de los centros más elitistas de Francia, la escuela alsaciana.