En tiempos contemporáneos, Pablo Neruda, ganador del Nobel, sostuvo amargas polémicas con escritores chilenos, al igual que él, abarcando asuntos literarios y también políticos.
Dentro de los escritores chilenos que confrontaron a Neruda se destacó Vicente Huidobro, quien introdujo el modernismo en literatura sudamericana. La pugna entre esos dos escritores también se manifestó en España cuando ambos formaron parte de las “brigadas internacionales” que lucharon a favor de la República española en contra de Francisco Franco.
En épocas remotas ocurrió una emblemática polémica entre Luis de Góngora y Francisco Quevedo, la cual se caracterizó por incluir ataques personales y palabras obscenas.
Puede leer: Mackinder, Heartland y Eurasia
A continuación se incluyen datos biográficos acerca de ambos escritores y detalles específicos sobre esa polémica.
Góngora es uno de los autores del Siglo de Oro más destacados y estudiados. Nació en Córdoba y debido a su manera tan peculiar y original de escribir creó un estilo propio que se conoce como culteranismo o gongorismo, que insistía en retornar al estilo de los poetas clásicos y emplear algunas figuras retóricas complejas así como palabras cultas o neologismos, por tanto sus obras tienen como resultado poemas difíciles de comprender llenos de un léxico poco cotidiano.
Fue en Valladolid donde inició la disputa entre esos dos escritores. Todo comenzó con un poema escrito por Quevedo a Luis de Góngora”. Los últimos versos de ese poema son los siguientes:
“Éste en quien hoy los pedos son sirenas, Este es el culo, en Góngora y en culto, Que un bujarrón le conociera apenas”.
Por otra parte Quevedo acusó a Góngora de jugador de homosexual y con el peor insulto en España en esa época: ¡Judío! Se sabe que los judíos y los musulmanes habían sido expulsados de España. El más satírico poema de Quevedo dedicado a Góngora se titula “ A una nariz” y que atacaba directamente a Góngora como hombre de nariz grande como supuestamente tienen todos los judíos. Ese poema contiene los muy difundidos versos que expresan:
“Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa,
Érase un peje espada muy barbado,
Era un reloj de sol mal encarado,
Érase un elefante boca arriba,
Érase un espolón de una galera,
Las doces tribus de narices era,
Era un naricísimo infinito”
Góngora dijo a Quevedo “nuestro copión cordobés” y que trataba de presentar como suyos traducciones de textos originalmente escritos en griego sin tener ni idea de ese idioma. ¿Por qué se hicieron enemigos Quevedo y Góngora?
Era habitual en esa época que unos literatos atacaran a otros para tratar de desprestigiarles y hacerse ellos de un gran prestigio en las letras. Además Góngora y Quevedo pertenecían a dos escuelas literarias distintas y opuestas.
Góngora pertenecía al culteranismo que se convirtió en sinónimo de gongorismo caracterizado por usar figuras literarias antiquísimas, ya superadas. Quevedo pertenecía a la escuela del conceptismo que usaba palabras simples, ligadas a su etimología llana.
Góngora señala que los seguidores de Quevedo le llevaron varios escritos de ese autor pero que no los tomó “para no cortarme por lo sucio, muy más que por lo agudo no los quise leer, por no ensuciarme. Así ya no me espanta a ver que pudo entrar en mis mojones inquietarme un papel de limpieza tan desnudo”. La polémica entre Góngora y Quevedo sigue teniendo vigencia en el día de hoy como arquetipo de una confrontación de literatos con excelente manejo de la ironía y el sarcasmo.