El reacomodo de la producción en China con destino al mercado EEUU está en marcha. RD puede aprovecharlo
Casi al mismo tiempo en que publicábamos que con el Gobierno de Donald Trump se abrían nuevas oportunidades de inversión y de comercio para la República Dominicana, se hizo el primer anuncio que confirma lo previsto: el CEO de la multinacional Steven Madden Ltd, Edward Rosenfeld, informó que esa empresa está poniendo en marcha un plan para reducir en 40% la producción de calzados en China el próximo año y trasladará esa producción a otros países, para mitigar los efectos de los aumentos de aranceles prometidos por Trump a las importaciones desde el país asiático.
Ante el aumento de tarifas arancelarias a las importaciones estadounidenses provenientes de China, las empresas textiles y de dispositivos tecnológicos de consumo masivo no se están durmiendo: se preparan para llenar sus depósitos antes de que los aranceles entren en vigencia y en otros casos han estado acelerando los planes para salir de China, dadas las implicaciones que tienen para sus negocios las amenazas arancelarias.
República Dominicana podría ser ofertada como una de las opciones para localizar sus inversiones que podría tener esa empresa y otras muchas que tienen igual preocupación, tomando en cuenta el éxito que ha tenido el país en el sector de zonas francas, la cercanía al mercado estadounidense y los beneficios que otorga el DR-Cafta.
El marco regulatorio para la inversión está y, por el éxito logrado, ha demostrado ser atractivo. Lo que haría falta es hacer énfasis en las tres patas de la mesa que atraería a los potenciales inversionistas para negociar su entrada a la República Dominicana: promoción del país como destino industrial, planta física disponible y fortalecimiento de la formación de capital humano.
Cabe señalar que la preocupación no es nueva. Viene desde hace varios años, sobre todo a partir de cuando en su primer Gobierno Donald Trump impuso aumentos de tarifas arancelarias a China, tarifas que han sido mantenidas por el Gobierno de Joe Biden, lo que indica que aunque pudiera haber diferencia en el énfasis que se pone al endurecimiento de la política comercial, en el fondo tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano dan como fracasada la idea de un mercado global y nos encaminamos a mercados regionales protegidos.
La preocupación ha alcanzado a otros fabricantes de productos de consumo masivo. Por ejemplo, Church & Dwight Co (CHD) ya ha trasladado parte de la producción fuera de China, sobre todo para su negocio de cuidado bucal Waterpik, según publica Bloomberg.
“Hay planes en marcha y acciones que hemos tomado para mitigar ese impacto. Al igual que todo el mundo, somos muy conscientes de las implicaciones que tienen”, ha dicho el director financiero Rick Dierker de esa empresa.
Las implicaciones pueden ser no sólo de costos, sino de tiempo. John Donigian, director senior de estrategia de la cadena de suministro de Moody’s, ha explicado que para la electrónica, trasladar la producción podría ser lento y costoso. Para los bienes minoristas y de consumo que intentan mantener los costos bajos, los inventarios podrían caer y los precios al consumidor aumentar.
Jay Foreman, director ejecutivo del diseñador de juguetes Basic Fun, ha revelado que consideraría abastecerse de otras fábricas fuera de China si Trump impone el arancel de 60% a los productos chinos.
De manera que el reacomodo de la producción en China con destino al mercado estadounidense está en marcha. Depende de la República Dominicana aprovecharlo.