Cómo no pude desentrañar esta dicotomía entre polv/o/rosa y polvo /r/osa? Porque, si escuché durante décadas la pronunciación de polvo/r/osa, que percibí como una composición de voces, bien es verdad que, para mí, una formulación que, aún por largo tiempo no la había visto escrita, ni tampoco hubo algún resquicio por donde se escapara una formulación reveladora, es decir, que no pensé que existiera esa segunda forma. “Ponga sus pies en polvo rosa”.
De su empleo, sólo estuvo a mi alcance polvorosa, en la frase ya descrita, una muy cordial y de atenta despedida con sabor a “boche” crudo y criollo.
Es por estos tiempos cuando, sorpresivamente, encontré en la novela “La borra del café”, de Mario Benedetti, la escritura separada de /polvo/ y /rosa/.
El escritor uruguayo incluye en su novela el capítulo “Pies en polvo rosa”. El nombre del personaje masculino es Claudio; el de la contraparte femenina, Mariana.
Sin embargo, el verdadero nombre del personaje masculino es Claudio Alberto Dionisio Fermín Nepomuceno Umberto (sin hache). A Mariana le agradaba llamarlo Nepomuceno. Cierta vez, Claudio le preguntó a Mariana.
-Y vos, ¿cómo te llamás?
Ella solamente respondió: Mariana. Pero él quería saber más.
-Mariana y punto, dijo ella, conclusiva.
Y así, cada vez que Mariana lo llamaba:
-¿Nepomuceno? Nombre que no era de su agrado, él le replicaba, socarronamente:
-Mariana y punto…
Volviendo a la línea, Benedetti divide la composición de polvorosa en un segmento. Vale decir, en forma separada.
En el libro de “Ortografía de la lengua española”, se abre un apartado dentro del capítulo II, acerca del “Uso de varias letras en particular”. Letra /r/ puede representar, según la posición en la que aparezca, el fonema vibrante simple de donai/r/e y el múltiple de /rr/osa. El dígrafo /rr/, escrito siempre entre vocales, sólo representa el fonema vibrante múltiple de ca/rro/, p. 27 “Ortografía de la lengua española”.
Este manual fue editado por Espasa-Calpe, Madrid, 1999. Se elaboró con la participación de las veintidós Academias de la Lengua.
“El Diccionario de la Real Academia (DRAE) recoge /polvoroso (sa)/ que proviene de pólvora, ‘partículas a lo que se reduce una cosa sólida’. En función de adjetivo, significa que ‘tiene mucho polvo’.
En la “Enciclopedia del idioma”, Martín Alonso inscribe /polvorosa/ como sustantivo femenino, que ingresó a nuestra lengua en el siglo XVII. Afirma que es voz de germanía, con el sentido de ‘caminar por el polvo’. Es usado en Colombia y en Venezuela como americanismo, equivalente a ‘torta de polvorón, hecha de harina de maíz, manteca y azúcar’.
Antes del desarrollo urbano de la capital, compartíamos con los moradores de un barrio olvidado por la fortuna: Galindo. Muchos lo edulcoraban con el diminutivo: Galandito. Estuvo ubicado en los lindes este y norte de la ciudad.
Cuando algún necio se plantaba frente a la puerta de la casa, en Villa Francisca, mi hermano mayor, Fernandito, o yo avisábamos a nuestra madre:
-Aquí está fulano.
Si se trataba de uno de los tantos majaderos, ella sabía instruirnos:
-Dígale que ponga su rabo pa’ Galindo.
Así reconstruimos la locución que aparentemente desapareció por razones obvias del desarrollo.
No obstante, nos quedan /polvo/r/osa/ y /polvo/rr/osa, unidas o separadas. Si ejercemos la segunda opción debemos escribir: polvo rosa, pero pronunciaremos polvo /rr/osa, es decir con doble sonido vibrante múltiple.
¿Por cuál de estos dos modelos se decidiría usted?