El pronóstico de una temporada ciclónica más activa de toda la historia regional, donde se esperan entre 17 y 25 tormentas, obligaría a duplicar los esfuerzos y las inversiones económicas en materia de prevención de impactos por cargas de fuertes vientos huracanados y por severas inundaciones. Este panorama se complica con las lluvias que caen desde hace días, saturando los suelos.
La advertencia es del geólogo Osiris de León, quien señala que las alcaldías y los gobiernos nacionales no deben esperar a que se anuncie la formación de los primeros fenómenos meteorológicos para iniciar planes preventivos, ni esperar para mejorar sus sistemas de drenajes, pues cada zona cartografiada como inundable debe ser intervenida desde el mes de junio para corregir las causas topográficas, hidrológicas o cúmulo de basura que agravan los problemas del deficiente drenaje.
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De manera particular indica que en Santo Domingo urge construir drenajes longitudinales en dirección norte-sur a través de las avenidas Tiradentes, Abraham Lincoln, Winston Churchill y Luperón, e interconectarlos con drenajes cortos en dirección este-oeste que permitan drenar los puntos críticos ya inventariados por las alcaldías y conducir esa agua rápidamente hacia en mar Caribe, con especial atención a los casos de Los Prados, San Gerónimo, La Castellana, Las Lauras, Jardines del Norte, Los Ríos, Jardín Botánico, donde los suelos arcillosos impiden que la lluvia drene verticalmente hacia el subsuelo, lo que produce una inmediata acumulación superficial de agua que hace colapsar el tránsito y el desenvolvimiento de la ciudad.
Sugiere además que en los pasos a desnivel de los corredores 27 de Febrero y John F. Kennedy construir de forma urgente pozos filtrantes de gran diámetro y galerías de infiltración que permitan el drenaje inmediato del agua de lluvia, porque las condiciones topográficas deprimidas de esos cruces, facilitan que el agua de los alrededores escurra inmediatamente hacia el punto más bajo y afecte el tránsito.
Por tanto la capacidad de drenaje debe garantizar responder a acumulados de hasta 100 milímetros de lluvias por cada metro cuadrado y por cada hora, “ya que ese podría ser el peor escenario esperable en medio de una tormenta o de un huracán, y toda esa agua hay que drenarla”.
Sucesos
De León recuerda los sucesos del 4 de noviembre de 2022 y 18 de noviembre 2023, donde se acumularon 260 y 452 milímetros y de lluvias por cada metro cuadrado entre las 5 de la tarde y las 12 de la medianoche, respectivamente, “siendo este último caso un récord para Santo Domingo sin que hubiese una tormenta o un huracán”.
Afirma es urgente un programa de colaboración entre las alcaldías y gobierno central a los fines de disponer de los recursos económicos necesarios para iniciar cuanto antes los sistemas de drenajes, pues después de las negativas experiencias ya citadas, la gente siente pánico cada vez que se anuncian lluvias torrenciales, por lo que hay que robustecer las infraestructuras con vulnerabilidades estructurales de origen.