Por el camino del PRD

Continúa el escarceo en torno a la derrota sufrida por el PRM en las elecciones de la ADP, en esta ocasión donde mas daño puede provocar conocida la propensión del partido de gobierno, heredero de la genética divisionista que convirtió al PRD en un ventorrillo de único dueño; en sus propias filas, dentro de su propia gente, que al parecer no pueden contener las ganas de devorarse los unos a los otros, como en los mitos griegos pero con menos poesía y más bochinche que drama y tragedia.

Ayer el exsenador Aníbal García Duvergé atribuyó la derrota de su partido a la prepotencia del ministro de Educación, Roberto Fulcar, pues muchos maestros votaron por el candidato del PLD debido a los maltratos que, según dijo, reciben de su propio partido. Y citó el fracaso del concurso docente de oposición, como uno de los factores que contribuyeron a la derrota del PRM, que ha tenido mayor resonancia y significación política debido, precisamente, a la guerrilla interna que protagonizan dirigentes que no tienen reparos en salir a la calle a lavar los trapos sucios y a culparse unos a otros de haberlos ensuciado.

La expresión “solo el PRD vence al PRD”, frase lapidaria que convirtió al doctor José Francisco Peña Gómez en un profeta del desastre, de su propio desastre, debe ser invocada como oportuno recordatorio antes de que esos escarceos degeneren en algo peor.

Y no hay nada peor que un partido en el gobierno que convierte la virulencia de sus querellas intestinas, azuzadas por ambiciones políticas fuera de tiempo y lugar, en un asunto nacional.

Este país, plagado de problemas y dificultades como consecuencia de la pandemia del covid-19 y sus secuelas, no necesita que los políticos, de manera gratuita, nos compliquen aún mas nuestra complicada existencia.